miércoles, 22 de agosto de 2018

Zanahoria confitada.




Confitar:
1. tr. Cubrir con un baño de azúcar una fruta o una semilla para hacerla más agradable al paladar.
2. tr. Cocer una fruta en almíbar.

Esto dice el diccionario y esto es lo que yo he hecho con las zanahorias. 



Podríamos pensar que es una chuchería muy saludable y apta para los niños, pero no nos engañemos que sean zanahorias no lo convierte en un plato saludable.

Pero sí muy adecuado para adornar un pastel, un bizcocho o para “picar” alguno.

Necesitamos por cada 100 g de zanahoria, 60 g de azúcar blanco y 30 g de agua.

Empezamos pelando las zanahorias, quitando los extremos y rallándolas.

Vamos estrujando con la mano puchados de zanahoria rallada para que pierda todo el agua posible.

En un cazo ponemos el agua y el azúcar para hacer un almíbar, añadimos la zanahoria y, sin dejar de remover, lo dejamos cocer hasta que esté seco y con un color dorado de caramelizarse el azúcar.

Vamos sacando cucharadas y extendiéndolas sobre papel de horno o una lámina de silicona. Dejamos que se enfríe.

Lo pasamos a una rejilla para que quede bien seco y crujiente.

Yo, como había mucha humedad en el ambiente, en Asturias es casi siempre así, las metí en el horno a 50º durante una media hora.




                                      ¡Y listo!

Esta receta es mi versión libre de esta deBelenciaga.

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