Necesitamos para dos:
½ pechuga de pollo, en filetes fino y después en
tiras.
1 ó 2 cebollas, dependiendo del tamaño.
1 pimiento verde.
2 cucharadas de salsa de soja.
1 cucharada rasa de azúcar moreno.
Aceite de oliva, sal y pimienta negra.
Empezamos pelando y partiendo la cebolla en juliana
y el pimiento, después de lavado y seco, en tiras. Lo ponemos con dos o tres
cucharadas de aceite y un poco de sal que se vaya sofriendo en una sartén a
fuego más bien fuerte.
Adobamos el pollo con pimienta negra y sal. Hay que
tener cuidado con la sal: la salsa de soja suele tener bastante.
Cuando el sofrito empieza a ablandarse (el pimiento
debe conservar un puntito crujiente) ponemos el azúcar moreno y damos una
vueltas.
Agregamos el pollo, subimos el calor y freímos, dando
vueltas para que se haga todo por igual.
Cuando esté dorado añadimos la salsa de soja,
removemos durante 1 minutos más para que todo se impregne bien y ¡listo!
Se puede acompañar con un arroz blanco.
Esta receta también se puede hacer con pollo asado,
como aprovechamiento.
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