Un
título un poco soso; su nombre de verdad, el que le puso su “inventor” y del
que yo copié la receta es…(redoble de tambor): Tejas de bonito. Mucho mejor
¿verdad?
Esta
receta, más o menos, se publicó en el diario El Comercio y está también aquí.
Os aconsejo echar un vistazo, estupendas recetas contadas con rigor y humor.
Necesitamos:
Una
rodaja gruesa de bonito.
Vinagre
de sidra, suficiente para cubrir las lascas de bonito.
Sal.
Aceite
de oliva virgen extra.
Patatas.
Empezamos quitando la piel y la espina
central a la rodaja de bonito; nos quedarán cuatro trozos.
Con
cuidado, aunque no es demasiado difícil separamos las lascas. Ponemos un poco
de sal y las cubrimos con vinagre de sidra.
Las
dejamos aproximadamente una hora, a temperatura ambiente para que el vinagre “las
cocine”.
Las
escurrimos, las ponemos en un táper de cristal y las cubrimos con aceite
de oliva virgen extra. Lo dejamos en la nevera hasta que vayamos a
consumirlas.
Para
hacer este aperitivo pelamos las patatas y con la mandolina o a
cuchillo las cortamos en rodajas finas. Las freímos.
Ponemos las rodajas de patata y encima unas lascas de bonito.
Adornamos con tomates
cherry, por ejemplo y un poco de perejil picado. O podemos preparar aceite de perejil y rociarlas con ella.
Acompañadas
de un culín de sidra os harán creer que estáis en Asturias, o casi.
¡Y
listo, a disfrutar!
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