Llega
el otoño y empezamos a cambiar de platos y de productos; la calabaza cada vez
tiene más protagonismo en nuestra cocina, tanto en dulce como en salado.
La he acompañado con coliflor que queda muy rica en el horno.
No pongo cantidades porque dependerá de vuestro gusto, más o menos de calabaza o de coliflor.
Hoy
una guarnición muy sabrosa, perfecta para acompañar un plato de carne.
Necesitamos:
Calabaza.
Coliflor.
1
ó 2 cucharadas de pan rallado.
½
cucharilla de pimentón dulce.
½
cucharilla de curry.
Pimienta
negra.
Sal.
Caña
de romero.
Aceite
de oliva virgen.
Empezamos
preparando la coliflor;
separamos los ramilletes y los partimos de un tamaño lo más similar posible.
Ponemos agua con sal a hervir y la escaldamos durante dos o tres minutos. Este paso
se puede omitir partiéndola más pequeña porque yo creo que tarda más en asarse que
la calabaza. Escurrimos y dejamos templar.
Calentamos
el horno a 190º.
Mientras
partimos la calabaza, quitamos las pepitas y la pelamos; la partimos en
trocitos.
En
una bandeja ponemos el pan rallado, el pimentón, el curry y el aceite; mezclamos.
Ponemos
la calabaza y la coliflor, sin amontonar los trozos; sazonamos con sal y
pimienta, damos unas vueltas para que se unten todos los trozos bien.
Asamos hasta que todo esté tierno; yo lo
tuve 25 minutos pero dependiendo del tamaño de los trozos y del horno puede
cambiar ¡hay que probar un trozo para comprobar!
Sacamos
del horno, ponemos unas cañas de romero y tapamos, con un paño o con papel de
cocina la bandeja; dejamos reposar cinco minutos y servimos.
Cuando
quitemos el papel toda la bandeja desprenderá un maravilloso aroma a romero.
¡Y
listo, a disfrutar!
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