Estos hojaldres recién hechos, calentitos están para empezar a comer y no acabar. Si los hacéis pequeños quedarán genial para el aperitivo, un poco más grandes son perfectos para una cena de picoteo, incluso podéis hacer uno grande para compartir; de cualquier forma quedará estupendo.
Necesitamos:
Un trozo de salmón fresco.
Una lámina de hojaldre rectangular.
1 cebolla.
Sal y pimienta.
Semillas de amapola.
Aceite de oliva virgen.
Empezamos poniendo sal y pimienta al lomo de salmón; en una sartén calentamos dos cucharadas de aceite y lo sellamos ligeramente. Reservamos.
En la misma sartén ponemos la cebolla cortada en pluma con un poco de sal, a calor suave y dejamos que se poche despacio; le damos la vuelta de vez en cuando y si es necesario añadimos un poco más de aceite. Dejamos atemperar.
Extendemos el hojaldre y con un cuchillo bien afilado lo partimos: del lado más largo hacemos tres tira iguales y después las partimos al medio. Obtenemos 6 trozos.
En la mitad de cada trozo ponemos una cama de cebolla, encima el salmón desmenuzado; doblamos y sellamos los bordes.
Calentamos el horno a 180º.
Ponemos unas semillas de amapola por encima (yo con una brocha extiendo un poco de leche por encima para que no se desprendan las semillas, también podéis poner huevo batido) y horneamos unos 18/20 minutos.
¡Y listo, a disfrutar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario