Ahora
que empieza a refrescar nos vienen bien este tipo de sopas sobre todo para las
cenas, creo yo, ya que tomar algo caliente y sabroso por la noche nos deja
satisfechos, sin digestiones pesadas y nos ayuda a dormir. Además da “sensación
de hogar”, un poco cursi ha quedado esto último ¿o no?
Necesitamos:
Caldo
de pollo: un esqueleto, cuatro alas y una zanca de pollo; un puerro y una
zanahoria. Sal y aceite de oliva.
Zanahorias,
coliflor y cebolla.
Arroz.
Sal,
pimentón dulce y aceite de oliva virgen.
Empezamos preparando el caldo; lo primero será picar el puerro y la zanahoria
y sofreírlo en dos cucharadas de aceite durante unos minutos para que ablanden
un poco; ponemos la carne, cubrimos abundantemente de agua y a cocer durante una
hora como mínimo.
Si
tenemos tiempo dejamos enfriar para desgrasarlo, bien sino con un cucharón
quitamos la grasa que sube a la superficie, ya que sobre todo las alas suelen
tener.
El
caldo que nos sobre lo podemos congelar para otra preparación
Para
hacer la sopa ponemos otras dos
cucharadas de aceite en una cazuela y sofreímos la cebolla, la zanahoria y la
coliflor, todo picado en trocitos pequeños ya que es una sopa; después de ocho
o diez minutos añadimos el arroz, media cucharilla de pimentón y sal.
Cubrimos
con el caldo caliente y dejamos cocer despacio unos quince minutos que será lo
que necesite el arroz para estar en su punto.
Probamos de sal y servimos.
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