Una ensalada de garbanzos para seguir comiendo legumbres aunque el
calor ya esté aquí.
Si además incorporamos quinua, con todo su potencial, quedará completo
y perfecto para ser un plato único.
Necesitamos:
Garbanzos, unos 80 gr por persona.
1/2 cebolla y una zanahoria.
Quinoa, 30 gr por persona.
1/2 cebolleta, ½ pimiento rojo, aceitunas verdes, 1 cucharilla de
mostaza, aceite OVE, vinagre y unas hojas de menta.
Empezamos: Ponemos los garbanzos a remojo la noche anterior y por la mañana los
cocemos, con un trozo de cebolla y una zanahoria, hasta que estén tiernos.
Dejamos enfriar.
Lavamos muy bien la quinoa en un colador debajo del grifo, durante
unos dos minutos. Este paso es importante.
La ponemos a cocer con el doble de agua durante unos 18 minutos. Es un
proceso similar a cocer arroz. Dejamos enfriar.
Picamos la cebolleta y el pimiento en trocitos pequeños.
Partimos las aceitunas en cuatro trozos.
En un bol ponemos el aceite, el vinagre, la sal (3 partes de aceite
por una de vinagre), añadimos una cucharilla de mostaza y batimos. Probamos y
agregamos lo que falte para dejarla a nuestro gusto.
Mezclamos todos los ingredientes, revolvemos y dejamos reposar para
que coja bien todos los sabores.
Así queda una ensalada muy buena pero, si no necesitáis una plato vegetariano, podéis añadir cualquier otro
ingrediente que os apetezca: huevo cocido, bonito en conserva, taquitos de
jamón de york, anchoas…
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