¡Un auténtico placer para los sentidos!
El color, el sabor, la textura, el perfume de las fresas,
la temperatura, fresquito, todo contribuye a hacer de este salmorejo un gran
plato, un plato diez.
En Asturias no existe la tradición de tomar
gazpachos o salmorejos, seguramente porque el calor no suele visitarnos mucho,
pero para tomarte un vasito de este salmorejo como aperitivo no hace falta
justificación, solamente ganas de disfrutar.
Necesitamos:
300 gr de fresas, 70 gr de pimientos del piquillo
(de bote), un diente de ajo, cebolleta, jamón serrano, aceite, sal, pimienta,
pimentón.
Picamos un diente de ajo y lo doramos en una sartén
con un poco de aceite; agregamos los pimientos del piquillo con una pizca de
sal, de pimienta y de pimentón.
Lavamos las fresas, las ponemos en el vaso de la
batidora (reservamos dos para la guarnición) con el sofrito de pimientos y
trituramos con un chorrito de agua y otro de vinagre.
Probamos de sal y de vinagre hasta que esté a
nuestro gusto.
Lo dejamos en la nevera para que esté fresquito.
Preparamos el acompañamiento picando un trozo de
cebolleta, las fresas y una loncha de jamón.
Servimos con unas gotas de aceite y la guarnición
¡El placer está servido!
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