jueves, 7 de noviembre de 2024

Coles de Bruselas, con langostinos.


Ni os cuento el tiempo que me llevó a mí que me gustarán las coles de Bruselas. La primera vez que las probé me parecía imposible que alguien comiera “voluntariamente” semejante producto. No os voy a decir que sea mi verdura favorita pero sí que las compro, cocino y como, en invierno, con frecuencia.

Hoy con langostinos pero en el blog encontraréis varias recetas con distintos acompañamientos.


Necesitamos, para uno:

10/12 coles, dependiendo el tamaño.

5 ó 6 langostinos.

½ cebolla.

½ cucharada de harina.

Sal y aceite de oliva virgen.

Empezamos preparando un caldo con las cabezas de los langostinos: en una pota ponemos una cucharada de aceite y tostamos las cabezas; cubrimos con agua y dejamos hervir despacio, después de espumarlo, durante unos quince minutos. Colamos y reservamos.

Mientras quitamos las hojas exteriores a las coles y las escaldamos unos cinco minutos: deben ablandar algo pero no cocinarse totalmente, lo harán en la salsa.

Picamos la cebolla y la pochamos en dos cucharadas de aceite, con un poco de sal. Ponemos la harina y sofreímos.

Partimos las coles al medio y las juntamos con la cebolla pochada.


Añadimos un poco del caldo reservado y dejamos hervir suavemente hasta que estén tiernas, sin exceso. 



En ese momento ponemos los langostinos y dejamos dos o tres minutos más. Probamos de sal, pagamos y reservamos.

Como me había sobrado caldo, no mucho pero suficiente para cocer un pocillo de arroz lo utilicé para acompañar y así quedó un plato completo.

 

sábado, 2 de noviembre de 2024

Guiso de patatas y chipirones.


Hoy toca plato de cuchara que son, ya os lo he comentado varias veces, mis preferidos: hechos con antelación, reposados, para que se integren bien todos los sabores, calentitos y sabrosos.

Necesitamos:

Patatas, unos 200 gramos, por persona.

Chipirones, seis u ocho, por persona.

Para el sofrito: cebolla, pimiento verde y tomate rallado (o triturado de lata).

Sal, perejil y aceite de oliva virgen.


Empezamos poniendo en una cazuela tres o cuatro cucharadas de aceite con la cebolla, el pimiento picado y sal; dejamos que ablande y se ponga trasparente a fuego suave.

Añadimos el tomate y seguimos cocinando hasta que tengamos un sofrito espeso y, entonces, agregamos los chipirones. Subimos el calor y empezarán a soltar su juguito, tapamos. Si es necesario añadimos un poco de agua. Dejamos que se cocinen durante unos quince minutos, más o menos.

En ese tiempo pelamos las patatas y las partimos en trozos más bien grandes.

Las agregamos a la cazuela, cubrimos con el agua justa, para que nos quede una salsa espesa y dejamos cocer despacio hasta que todo el guiso esté blando.

Rectificamos la sal y dejamos reposar unos minutos y antes de servir ponemos un poco de perejil.