Aprovechando
la breve temporada en que podemos disfrutar de este bacalao fresco he cocinado
varias recetas que ya os iré contando.
La
receta de hoy tiene mucho sabor, gracias, sobre todo a la salsa que puede parecer un
poco laboriosa, pero que es fácil.
El
bacalao skrei es de sabor suave y se deshace en lascas en cuanto está cocinado.
Podemos
servirlo de plato único si lo complementamos con unas patatas, cocinadas en la
salsa o con, como he hecho yo, una buena ensalada de coliflor y frutos secos.
Necesitamos
para dos:
Un
trozo de bacalao, por persona de entre 200/250 gramos.
½
cebolla mediana.
3
dientes de ajo.
8
tomates cherry o ½ tomate mediano.
Un
manojo de espinacas frescas o congeladas.
1 envase pequeño de leche evaporada (los más "lanzados" pueden poner nata para cocinar).
1
cucharada de harina.
Aceitunas.
Sal
y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos
salando y enharinando los trozos de bacalao; ponemos tres cucharadas de aceite
en una cazuela y freímos ligeramente el pescado; lo sacamos para un plato y
reservamos.
En
la misma cazuela ponemos los dientes de ajo, pelados y enteros; la cebolla
partida y dejamos que se sofría despacio, con una pizca de sal.
Mientras
escaldamos las espinacas durante un par de minutos; escurrimos y picamos. Reservamos.
Cuando
la cebolla esté trasparente ponemos los tomates cherris o, si no tenéis, como yo, pues medio tomate partido en seis trozos; dejamos que todos de cocine durante
tres o cuatro minutos.
Ponemos
las espinacas, mezclamos bien y agregamos la leche evaporada o la nata; dejamos
cocer un par de minutos y añadimos el pescado con todo el líquido que haya
soltado.
Dejamos
hervir despacio un par de minutos para que termine de hacerse el pescado; enseguida
veréis que se separan ligeramente las lascas y suelta algo de jugo.
Añadimos
las aceitunas; apagamos y dejamos reposar unos minutos antes de servir.
Si
queréis poner patatas para hacer un plato más rotundo os aconsejo poner una
patata mediana por ración: cocerla a fuego medio, con sal y piel hasta que estén
tiernas; dejamos enfriar, las pelamos y partimos en lonchas de un centímetro o
un poco más de grosor.
Las
añadimos a la cazuela a la vez que las espinacas y la leche evaporada; si está
demasiado seco podéis poner medio pocillo de agua: dejamos cocer igualmente y
seguimos la receta.
Poned la sal con precaución porque las aceitunas aportan bastante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario