Este plato es ligero, saciante y muy nutritivo; perfecto para la cena ahora que ya empieza a refrescar.
Es vegano aunque podéis modificarlo, a vuestro gusto, añadiendo huevo cocido y/o unos taquitos de jamón serrano. También podéis hacerlo más completo, para tomar como plato único, en la comida, añadiéndole unos garbanzos cocidos.
Necesitamos verduras, hortalizas…variadas; las que tengamos, ninguna es imprescindible y ninguna sobra.
El único requisito es cocinarlas en el momento adecuado según el tiempo de cocción que necesite cada una.
Yo puse… lo que había en la nevera (es un plato muy adecuado para vaciar el cajón de las verduras): ajos, cebolla, zanahorias, fréjoles (judías verdes), patatas, champiñones y brócoli.
Podemos cambiar las patatas por nabo, ahora empieza la temporada: el brócoli por romanesco; la cebolla por puerro; podemos añadir pimiento rojo y/o verde, alcachofas, berenjena…
Además necesitamos sal, pimentón dulce, cúrcuma y aceite de oliva virgen.
Empezamos lavando, pelando y picando todas las verduras que vayamos a utilizar.
En una pota ponemos dos o tres cucharadas de aceite (como vamos a usar poca cantidad, en la medida que cada uno pueda, es mejor usar un buen aceite de oliva virgen) y añadimos los dientes de ajo para que aromaticen, sin llegar a dorarse; ponemos la cebolla con un poco de sal y dejamos que se poche hasta que empiece a ablandar.
Agregamos la zanahoria y sofreímos dos o tres minutos más.
Ponemos los champiñones partidos en cuatro, los fréjoles y las patatas (en trozos pequeños).
Un poquito de pimentón dulce y otro poco de cúrcuma; revolvemos para que todo es impregne. Salamos.
Cubrimos con el agua justa para que no quede muy caldoso.
Cocemos despacio unos diez o doce minutos, aunque lo mejor es probar para comprobar.
Por últimos añadimos el brócoli que necesita muy poca cocción.
Probamos de sal; dejamos reposar unos minutos y servimos.
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