Para guarnición de un plato de carne, en lugar de la típica ensalada o como primer plato. Lo que más os apetezca.
Necesitamos para dos:
6 patatas pequeñas o 2 medianas.
400 gramos de col lombarda.
1 cebolla mediana.
Un puñado de uvas pasas.
Sal y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos lavando muy bien las patatas porque las vamos a cocer con piel; las ponemos en un cazo con agua fría y sal y las cocemos hasta que estén tiernas. Yo las pincho con una brocheta de madera y si la patata se cae es que ya está cocida.
Escurrimos y pelamos cuando enfríen lo suficiente para no quemarnos. Reservamos.
Mientras, picamos la cebolla y la ponemos en una cazuela con dos cucharadas de aceite, a fuego moderado para que empiece a ablandarse.
Cortamos la lombarda, en tiras, después de quitarle las hojas más exteriores que pueden estar dañadas y el tronco central. La lavamos bajo el chorro de agua fría.
La añadimos a la cebolla, damos unas vueltas, tapamos y dejamos que se rehogue en su propio jugo, sin añadir nada de agua, unos 10 ó 12 minutos.
Probamos, si necesita más tiempo la dejamos unos minutos más; debe quedar tierna pero no demasiado blanda.
Agregamos la uvas pasas.
Partimos las patatas al medio, si son pequeñas o en rodajas si son grandes. En una sartén ponemos una cucharada de aceite y a fuego fuerte doramos las rodajas de patata.
Servimos la lombarda con las patatas.
¿Comemos o qué?
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