Decidme la verdad ¿hay algo más insulso que una pechuga de pollo a la plancha? Creo que no.
Por mucho que la adobes, que la sazones…como no la acompañes de una guarnición sabrosa y de una salsita rica es un plato bastante soso.
Esta receta es, además de fácil y rápida de hacer (para los que andáis con prisa) un plato delicioso, exquisito.
Necesitamos por persona:
Pechuga de pollo en filetes, no demasiado finos.
½ cebolla.
2 dientes de ajo.
Unas setas. Yo usé de cultivo pleurotus ostreatus pero pueden ser champiñones. La cantidad al gusto yo puse 120 gramos aprox.
½ cucharada de harina.
½ vaso de vino de Jerez.
½ vaso de caldo de pollo (o agua).
Sal y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos poniendo en una cazuela amplia, para no superponer los filetes dos cucharadas de aceite y doramos los filetes después de haberlos sazonado con sal y pimienta negra. No hay que hacerlos totalmente, luego los terminaremos es sólo sellarlos. Los reservamos en un plato.
En la misma cazuela ponemos los dientes de ajo y la cebolla picados y sofreímos despacio unos minutos hasta que la cebolla empiece a ablandarse.
Ponemos la harina y la cocinamos, para que no tenga sabor a crudo, un minuto.
Subimos el calor, añadimos el vino y dejamos evaporar. Ponemos el caldo y sal.
Agregamos las setas limpias y partidas en tiras.
Tapamos y cocinamos a fuego moderado unos 8 ó 10 minutos, para que se cocinen las setas.
Volvemos a poner la pechuga y cocinamos unos cinco minutos más.
Si durante la cocción la salsa está muy espesa añadimos más caldo y si por el contrario es demasiado líquida cocemos destapado para que se evapore.
¿Comemos o qué?
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