domingo, 5 de octubre de 2025

Magdalenas de zanahoria y canela.


No nos dejemos engañar por el título: ¿zanahoria? sí, pero también azúcar, harina refinada…en fin, un pequeño pecado.


Necesitamos:

3 huevos medianos.

220 gramos de harina.

½ sobre de levadura.

80 gramos de azúcar.

100 gramos de aceite de girasol.

100 gramos de leche.

100 gramos de zanahoria rallada.

Canela, al gusto.



Empezamos pesando todos los ingredientes.

Ponemos a precalentar el horno a 200º. Preparamos los moldes con la cápsula de papel.

Rallamos la zanahoria y reservamos.

Mezclamos la harina, con la levadura, la canela y una pizca de sal; pasamos por un colador. Reservamos.

Batimos los huevos, que tienen que estar a temperatura ambiente. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que la mezcla esté bien espumosa.

Agregamos el aceite y la leche; después de cada nuevo ingrediente volvemos a batir para integrarlo.

Ahora ponemos la harina. Y por último la zanahoria, mezclamos bien.

Rellenamos los moldes sin llegar al tope, como unas tres cuartas partes.

Metemos la bandeja en el horno y bajamos la temperatura a 180º. A partir de los 15 minutos vigilamos para sacarlas cuando estén doradas.

Dejamos enfriar sobre una rejilla.

viernes, 26 de septiembre de 2025

Merluza con compañía y truco.

 


¡Y vaya compañía! Un poco de todo, o de casi todo, hasta hacer de unos simples lomos de merluza congelada un plato súper sabroso y completo.


Cuando vives, al menos una gran parte del año, en un pueblo pequeño necesitas tener el congelador bien surtido porque no siempre puedes desplazarte a comprar. Os lo cuento porque sé que hay muchos que suspiráis por la vida en el campo, pero también hay algunos inconvenientes y hay que tener previsión para no verte en un apuro.

Bueno ahora ya me toca ir vaciando el congelador y hoy le tocó el turno a los lomos de merluza.



Necesitamos para dos:

6 lomos de merluza congelada (una caja).

2 patatas medianas.

1 cebolla y/o puerro.

2 ó 3 dientes de ajo.

2 zanahorias.

Brócoli.

Unos champiñones Portobello.

Sal, aceite de oliva virgen extra y perejil.

1 cucharilla de Ras-el-Hanout (optativo).

Empezamos poniendo en una cazuela amplia 3 ó 4 cucharadas de aceite, los ajos y la cebolla, todo picado y lo vamos pochamos a fuego lento.

Pelamos las zanahorias y las partimos en bastones; las añadimos a la cazuela y seguimos cocinando.

Cuando todo está blando, sin llegar a coger color ponemos las patatas partidas en rodajas, el Ras-el –Hanout y sal; cubrimos con agua y dejamos cocer lentamente.

Picamos el brócoli en ramitos pequeños; limpiamos los champiñones y los partimos.

Cuando las patatas, al pincharlas no ofrezcan resistencia añadimos el brócoli y los champiñones, con su poquito de sal.

Dejamos tres o cuatro minutos y, por último, ponemos el pescado salado; a fuego suave unos cinco minutos más será suficiente.

Servimos en un larguero y salpicamos con el perejil fresco.

Este guiso queda con muy poca salsa ya que solo ponemos el agua justa para cubrir las patatas y se consume en su mayoría si os gusta más caldoso añadís más agua con las patatas.

Yo usé zanahoria, brócoli, champiñones pero nada es imprescindible: ¿una guindilla para darle el toque picante? guisantes, espárragos, judías verdes en tiras estrechas…lo que tengáis en la nevera.


TRUCO: si os sobra parte del guiso podéis aprovecharlo al día siguiente con pasta, la que queráis.

Se parten los trozos de pescado ¡sin patata! y se ponen a calentar.

Aparte se pone a cocer pasta de la siguiente manera: cocer en agua y sal y a media cocción (si necesita 8 minutos a los 4 minutos) se saca y se echa en la cazuela del pescado; se puede añadir un poco de agua de cocer la pasta y se deja cocer hasta completar el tiempo.

Mitad del tiempo se cuece en agua con sal y la otra mitad en la salsa del guiso que queremos aprovechar, añadiendo un poquito de agua si es necesario.

La pasta cogerá los sabores de la salsa y quedará mucho más rica.