lunes, 18 de noviembre de 2024

Verdinas con coliflor.

Hoy un plato vegetariano con verdinas, una variedad de fabes, de cultivo exigente, recogidas antes de que maduren y adquieran el clásico color blanco, pequeñas, suaves, deliciosas; de cocción lenta, a hervor suave y que normalmente se cocinan con pescado y/o marisco.

Con verduras: zanahorias, cebolla, puerro, ajo, laurel y…coliflor.

Además les puse huevos cocidos para hacer plato único y completo.

Para cuatro:

500 gramos de verdinas.

Dos zanahorias, una cebolla pequeña, un puerro, dos dientes de ajo, una hoja de laurel y media coliflor pequeña.

Sal, aceite de oliva virgen y huevos cocidos.

Ponemos las verdinas a remojo la noche anterior en agua fría; por la mañana quitamos el agua del remojo, las ponemos en una cazuela y cubrimos con agua fría; añadimos las verduras enteras, menos la coliflor y las ponemos a hervir.

Cuando empiece el hervor fuerte lo cortamos con un chorro de agua fría.

Seguimos cociendo a fuego suave, con un hervor lento, sin revolverlas solamente moviendo la cazuela.

Pasada una hora, más o menos, sacamos las verduras con un poco de caldo, trituramos y lo volvemos a añadir a la cazuela. Seguimos cociendo hasta que estén blandas.

En ese momento salamos y ponemos la coliflor, en ramilletes muy pequeños, para que se cuezan pronto y queden las dente. Apagamos.

Picamos los huevos cocidos en trocitos muy pequeños de forma que la yema se deshaga en el caldo y quedan los trocitos de clara.

Después de reposar unos minutos las servimos.

viernes, 15 de noviembre de 2024

Bizcocho de harina de garbanzo y algarroba.



Súper, súper, súper sano y nutritivo ¿o no? claro que sí.


 

Harina de garbanzo, de una legumbre, distinta en color, sabor y textura a la harina de trigo, un cereal. 

Puse una cucharada de harina de algarroba, que ya he usado en más ocasiones para hacer bizcochos y galletas, que aporta, entre otras cosas un maravilloso color chocolate; en este caso como era muy poca cantidad no dejó un tono intenso.

Yo pongo muy poco azúcar en los bizcochos por lo que no está muy dulce; poned más si os apetece aunque yo creo que para tomar con el desayuno es perfecto así sobre todo si lo coméis con mermelada.

Además lleva poca grasa por lo que no es nada pesado.

¿Ya os animasteis a hacerlo? espero que sí porque no puedo aportar más argumentos, jajaja.

Necesitamos:

3 huevos L

250 gramos de harina de garbanzos.

1 cucharada colmada de harina de algarroba.

1 yogur natural.

100 gramos de leche entera.

80 gramos de aceite de girasol.

100 gramos de azúcar.

1 pizca de sal.

1 sobre de levadura química.

Empezamos preparando todos los ingredientes: los huevos, la leche y el yogur que estén a temperatura ambiente; la harina de garbanzos imprescindible tamizarla bien porque tiende a apelmazarse, al menos la mía, no sé si será porque en Asturias tenemos mucha humedad ambiental. También tamizamos la harina de algarroba. Pesamos el azúcar.

Y preparamos el molde; forramos la base y los laterales pequeños con papel de horno untado con un poco de aceite. Encendemos el horno a 200º.

Procedemos como con cualquier otro bizcocho: batimos los huevos y el azúcar hasta que espume bien; añadimos el aceite, batimos hasta integrar; ahora el yogur, la leche y la pizca de sal y seguimos batiendo. Hasta aquí tenemos una masa bastante líquida.

Ahora mezclamos los dos tipos de harina, con la levadura y la vamos agregando en  tres tandas; no añadimos más hasta que la anterior cantidad esté bien integrada.

Ponemos la masa en el molde y al horno, que lo bajamos de temperatura a 180º. El mío estuvo cincuenta minutos pero ya sabéis…pinchar en el centro y comprobar.