lunes, 29 de abril de 2024

Chipirones en salsa de cebolla.


Hoy vamos a cocinar, y a disfrutar, un plato de chipirones en salsa acompañados de arroz blanco.


Plato fácil, relativamente rápido de hacer aunque la cebolla necesita tiempo para pocharse bien y convertirse en un manjar dulce y sabroso, y bastante económico si utilizamos chipirones congelados que para esta preparación resultan muy adecuados.

Necesitamos:

8 chipirones por persona, aunque pueden ser más o menos dependiendo de la persona.

2 cebollas dulces medianas.

½ pimiento rojo.

2 dientes de ajo.

1 chupito de güisqui.

Una hoja de laurel.

Sal y aceite de oliva virgen extra.


Empezamos poniendo dos o tres cucharadas de aceite y la hoja de laurel, en una cazuela amplia; primero ponemos los dientes de ajo picados a freír y cuando empiecen a “bailar” añadimos las cebollas partidas con una pizca de sal; dejamos que se vaya pochando a temperatura baja, dándole vueltas de vez en cuando; cuando la cebolla empiece a ablandar subimos un poco el calor y agregamos el pimiento rojo pelado.

Dejamos que se poche todo junto.


Mientras en otra sartén ponemos una cucharada de aceite y freímos, a fuego fuerte, los chipirones, más o menos un minuto por cada lado.


Pasamos los chipirones a la cazuela donde estamos haciendo la salsa y en la sartén añadimos el güisqui, dejamos hervir unos segundos y lo agregamos a la cazuela.

Ponemos ½ vaso de agua, tapamos y dejamos cocer despacio hasta que estén tiernos.


Lo podemos acompañar con arroz blanco o con patatas fritas.

Y de postre tarta de manzana fácil.



(siento las fotos tan, tal malas).

lunes, 1 de abril de 2024

Ochíos de Jaén


 

Los  ochíos son unos bollos de pan, típicos de Jaén que unas veces están cubiertos con azúcar, son bollos dulces y otras son unos panecillos salados cubierto con pimentón, aceite de oliva y sal gruesa.

He seguido una receta tradicional con una diferencia que os explico y que, seguramente, cambia algo el sabor de los panes: en la masa final se pone anís en grano (matalahúva) que yo no tenía y por tanto no puse; hice dos versiones, una con pimentón, aceite y sal ¡espectaculares! y otra no dulce, sin cubrir de azúcar.

Ingredientes para la masa de pan:

500 gramos de harina de fuerza.

300 gramos de agua.

2 bolitas, del tamaño de un garbanzo de levadura fresca de panadero.

8 gramos de sal.

Ingredientes para la masa final:

La masa de pan.

50 gramos de aceite de oliva virgen.

Dos cucharadas de anís en grano, matalahúva.

Para decorar:

Aceite, pimentón y sal o azúcar.

Empezamos preparando la masa del pan: mezclamos todos los ingredientes hasta que no se vea la harina; dejamos reposar unas horas, bien tapada hasta que fermente y crezca. Ya sabéis dependiendo de la temperatura ambiente tardará más o menos, yo la dejé unas tres horas.

Añadimos el aceite (y el anís en granos) y la trabajamos hasta que todo se integre bien; dejamos descansar 10/15 minutos; amasamos cuatro o cinco minutos hasta que quede una masa fina.

La pesamos, untamos las manos con un poco de aceite y dividimos en porciones lo más iguales posible; hacemos los bollos. Yo hice diez de unos 85 gramos cada uno.

Tapamos y volvemos a dejar reposar unas dos horas aproximadamente.

Diluimos el pimentón en aceite y pincelamos abundantemente los bollos que estarán bien esponjosos, con cuidado; espolvoreamos sal gruesa.  Yo solamente lo hice en tres, para probar porque tenía dudas, ya disipadas del resultado; los demás los dejé tal cual, no dulces porque quería usarlos “como pan normal” pero podéis poner azúcar y os quedará un maravilloso pan dulce para el desayuno.

Horneamos, con el horno precalentado, a 180º, calor arriba y abajo durante unos 15/18 minutos.

Dejamos enfriar sobre una rejilla.