lunes, 27 de marzo de 2023

Albóndigas de bacalao fresco (skrei).

Otra forma de comer pescado que gusta hasta los que no son muy amantes de pescado.

Unas albóndigas con una textura jugosa y un sabor muy suave; casi, casi se comen sin masticar y como no tienen espinas son perfectas para los niños y las personas mayores.

Se pueden hacer con otros pescados, merluza, rape, bacalao seco salado, incluso con pescado congelado.

Se elaboran de una forma similar a las albóndigas de carne: se adoba el pescado picado, se hacen las bolas, se fríen y se terminan en la salsa.



Necesitamos para dos raciones:

Bacalao fresco skrei, unos 300 gramos.

1 huevo.

1 dientes de ajo.

Miga de pan y leche para remojarla.

2 cucharadas de pan rallado (optativo).

Harina.

1 cebolla.

Sal y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos picando el pescado a cuchillo, no a máquina que dejaría el pescado hecho una pasta; esto es importante.

No es necesario picarlo muy, muy menudo mejor que queden trocitos. Bueno a mí me gusta más.

Lo ponemos en un bol con la miga de pan remojada en leche y escurrida, un diente de ajo picado menudo, un huevo entero, el pan rallado y sal. Dejamos reposar cubierto con film en la nevera mínimo unos 30 minutos.

Mientras podemos preparar la salsa: ponemos dos o tres cucharadas de aceite en una cazuela amplia y baja; picamos la cebolla y la vamos pochando a fuego suave, con un poco de sal. Cuando esté dorada añadimos un poco de agua o de caldo de pescado. Reservamos.

Hacemos las albóndigas: como es una masa muy suave, con poca consistencia, cogemos con una cuchara porciones de masa, las ponemos en un plato con harina y con cuidado las rebozamos. Intentamos hacerlas del mismo tamaño.

Las freímos para que queden doradas; el pescado no necesita mucho tiempo y además después se terminan en la salsa.

Cuando las tenemos las ponemos en la salsa y, a hervor muy suave las dejamos cuatro o cinco minutos.

Podemos añadir a la salsa guisantes, espárragos, perejil…

Se sirven acompañadas con arroz blanco, cuscús o patatas fritas. Y una ensalada.


miércoles, 22 de marzo de 2023

Cazuela de bacalao skrei con salsa de espinacas y aceitunas.




Aprovechando la breve temporada en que podemos disfrutar de este bacalao fresco he cocinado varias recetas que ya os iré contando.

La receta de hoy tiene mucho sabor, gracias, sobre todo a la salsa que puede parecer un poco laboriosa, pero que es fácil.

El bacalao skrei es de sabor suave y se deshace en lascas en cuanto está cocinado.

Podemos servirlo de plato único si lo complementamos con unas patatas, cocinadas en la salsa o con, como he hecho yo, una buena ensalada de coliflor y frutos secos.


Necesitamos para dos:

Un trozo de bacalao, por persona de entre 200/250 gramos.

½ cebolla mediana.

3 dientes de ajo.

8 tomates cherry o ½ tomate mediano.

Un manojo de espinacas frescas o congeladas.

1 envase pequeño de leche evaporada (los más "lanzados" pueden poner nata para cocinar).

1 cucharada de harina.

Aceitunas.

Sal y aceite de oliva virgen extra.


Empezamos salando y enharinando los trozos de bacalao; ponemos tres cucharadas de aceite en una cazuela y freímos ligeramente el pescado; lo sacamos para un plato y reservamos.

En la misma cazuela ponemos los dientes de ajo, pelados y enteros; la cebolla partida y dejamos que se sofría despacio, con una pizca de sal.

Mientras escaldamos las espinacas durante un par de minutos; escurrimos y picamos. Reservamos.

Cuando la cebolla esté trasparente ponemos los tomates cherris o, si no tenéis, como yo, pues medio tomate partido en seis trozos; dejamos que todos de cocine durante tres o cuatro minutos.


Ponemos las espinacas, mezclamos bien y agregamos la leche evaporada o la nata; dejamos cocer un par de minutos y añadimos el pescado con todo el líquido que haya soltado.

Dejamos hervir despacio un par de minutos para que termine de hacerse el pescado; enseguida veréis que se separan ligeramente las lascas y suelta algo de jugo.

Añadimos las aceitunas; apagamos y dejamos reposar unos minutos antes de servir.

Si queréis poner patatas para hacer un plato más rotundo os aconsejo poner una patata mediana por ración: cocerla a fuego medio, con sal y piel hasta que estén tiernas; dejamos enfriar, las pelamos y partimos en lonchas de un centímetro o un poco más de grosor.

Las añadimos a la cazuela a la vez que las espinacas y la leche evaporada; si está demasiado seco podéis poner medio pocillo de agua: dejamos cocer igualmente y seguimos la receta.

Poned la sal con precaución porque las aceitunas aportan bastante.



martes, 14 de marzo de 2023

Lomo “asado” en cazuela.

 

¿Os acordáis de la carne asada en cazuela de toda la vida? ¿Esa con salsa y verduritas de los días de fiesta allá por los setenta?

Normalmente se hacía con carne de ternera, se acompañaba con patatas fritas en cuadraditos y con pimiento rojo asado de bote.

Bueno, ese es el recuerdo que yo tengo.

Pues esta es la misma receta sólo que con lomo de cerdo.  Porque lomo sí que es pero asado no está.

Lo fundamental de este plato es partir la carne en lonchas finas, ya que el lomo tiende a quedar un poco seco, y que tenga bastante salsa.

La carne parte mejor si está fría o al menos templada así que hay que hacerlo con tiempo, incluso de un día para otro.


Necesitamos:

Un trozo de cinta de lomo.

1 cebolla mediana.

2 zanahorias.

2 ó 3 dientes de ajo.

1 tomate mediano.

Sal y pimienta negra.

Aceite de oliva virgen extra.

Empezamos: en una cazuela ponemos tres  cucharadas de aceite y sellamos bien el trozo de carne, por todos los lados, adobado con sal y pimienta negra.

Cuando esté bien dorado añadimos los dientes de ajo, pelados y enteros, la cebolla y las zanahorias; salamos las verduras.

Tapamos la cazuela y dejamos que se vayan pochando a fuego medio.

Cuando la cebolla ya esté trasparente añadimos el tomate a trozos. Con las verduras ya tendrá suficiente líquido pero si veis que queda seco podéis agregar con poco de agua o caldo.

Seguimos cocinando, dándole la vuelta a la carne a media cocción.

Cuando al pinchar la carne la puntilla o la brocheta entren con facilidad apagamos y sacamos la carne para que enfríe.

Trituramos la salsa.

Volvemos a poner las lonchas dentro de la salsa y dejamos, a fuego bajo, unos minutos para que se caliente bien.

(Yo hice la foto antes de este paso, jejeje).


domingo, 12 de marzo de 2023

Guarnición con coliflor y champiñones.


Según la  R.A.E. guarnición es:

2. f. Complementogeneralmente de hortalizaslegumbresetc., que se sirve con la carne o el pescado.

Esta de hoy fue el acompañamiento de un filete de dorada a la plancha.

Sencilla de hacer e ideal para que la cena sea completa y perfecta.



Necesitamos:

Coliflor.

Champiñones.

Unos dientes de ajo.

Cayena (optativa).

Sal y aceite de oliva virgen extra.

Perejil.


Empezamos escaldando en agua hirviendo con sal unas flores de coliflor; solamente deben hervir tres o cuatro minutos, para que ablanden un poco pero se terminarán de hacer después en la satén.

El tiempo es orientativo dependiendo del tamaño en que partamos la coliflor.

Mientras picamos los dientes de ajo y los ponemos a freír con dos o tres cucharadas de aceite y la guindilla, en una sartén; antes de que cojan color añadimos los champiñones limpios y partidos; ponemos sal y dejamos que suelten todo el agua que tienen, a fuego medio-alto.

Después de tres o cuatro minutos agregamos la coliflor, mezclamos bien y dejamos que se cocine todo junto otros tres o cuatro minutos.

La coliflor debe quedar blanda pero no sobre cocinada, que conserve la textura.

Ponemos el perejil y servimos.

jueves, 9 de marzo de 2023

Potaje de garbanzos con coliflor.

 


No voy a contaros lo sano y nutritivo que es comer legumbres y hortalizas, porque ya todos lo sabéis.

Como parece, según los nutricionistas, que lo adecuado es comerlas dos o tres veces por semana, tenemos que echarle imaginación y cocinarlas de formas diferentes para no repetir demasiado las recetas.

Yo, creo, que no cansaría de comer el cocido tradicional de garbanzos, con su sopa, sus garbanzos con repollo y su relleno al estilo de León pero hay otras muchas formas, en ensalada, con langostinos, con chipirones, con arroz, con verduras, con…imaginación.



Necesitamos para dos:

180 gramos de garbanzos, la variedad que más os guste.

Media coliflor.

1 cebolla mediana.

1 cucharada de pasta de pimiento choricero.

1 cucharada de harina de almendra (optativo).

Sal, una hoja de laurel seca y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos: después de lavarlos, ponemos los garbanzos a remojo, la noche anterior, unas ocho o diez horas antes de cocinarlos.

Los cocemos en agua con sal y una hoja de laurel durante aproximadamente una hora y cuarto; tienen que estar bien cocidos porque con la coliflor solamente cocerán unos quince minutos más. Dependiendo de la calidad tardarán más o menos.

Mientras se hacen los garbanzos pelamos la cebolla y la partimos en juliana fina.

Ponemos dos o tres cucharadas de aceite y vamos pochando la cebolla, con un poco de sal, despacio para que ablande.



Añadimos la cucharada de carne de pimiento choricero. Yo compro un tarro y, como tardo unos días en volver a utilizarlo, para que no se estropee, congelo pequeñas porciones en moldes de magdalenas de silicona. Me va bien así, es más cómodo que hidratar los pimiento y no desperdicio parte del tarro.



Añadimos la coliflor partida en ramitos; mezclamos bien y cubrimos con caldo de verduras o agua.



Cuando empiece a hervir agregamos los garbanzos, evitando así que de dejen de cocer y mantenemos a hervor suave hasta que la coliflor esté tierna.

Ponemos la cucharada de harina de almendra para espesar un poco el caldo y dejamos reposar unos minutos antes de servir.


miércoles, 8 de marzo de 2023

8 de marzo

 

"Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no se ayudan entre ellas"

Larsson, Asa: Cuando pase tu ira ,  Barcelona 2012