El flan es un postre tradicional muy fácil de hacer; básicamente es una mezcla de leche, huevos y azúcar, cuajado al baño María; este lleva compota de manzana, hecha sin azúcar, que le aporte mucha suavidad y un puntito de acidez; también le puse leche condensada, que sustituye a la leche y el azúcar.
Necesitamos:
Compota de manzana, 300 gramos.
Leche condensada, 170 gramos.
3 huevos medianos.
Azúcar y zumo de limón para hacer el caramelo.
Empezamos preparando el caramelo: ponemos en una sartén unas cucharadas de azúcar con zumo de limón; lo dejamos al calor, sin tocarlo hasta que coja un color dorado. Lo echamos en el molde. Dejamos enfriar.
Preparamos la compota de manzana: pelamos y partimos las manzanas; las cocemos con dos o tres cucharadas de agua, dándole vueltas de vez en cuando hasta que estén cocidas. Trituramos. No le puse nada de azúcar.
Mezclamos la compota con la leche condensada y los huevos; batimos hasta tener una mezcla uniforme.
Ponemos en el molde.
Calentamos el horno a 180º.
Horneamos, al baño María hasta que esté cuajado, unos 40 minutos.
Dejamos enfriar antes de desmoldarlo.
Y listo ¿comemos o qué?