Necesitamos:
Calabacín 300
g aproximadamente
Zanahoria 100
g aprox.
4 huevos
200 ml leche entera
50 ml de AOVE
Harina 150 g
Levadura 1 sobre
Pimienta negra, recién molida.
Precalentamos el horno a 180º
Empezamos lavando y pelando el calabacín; yo no le
quito toda la piel, una tira si y otra no porque me gusta el color que da. Lo
partimos a trozos menudos, como 1 cm.
Pelamos las zanahorias y las rallamos.
En un bol grande batimos los cuatro huevos, con una
pizca de sal y de pimienta; vamos añadiendo y batiendo el resto de los
ingredientes: la leche, el aceite, la harina mezclada con la levadura y
tamizada y, por último el calabacín y la zanahoria. Probamos y rectificamos de
sal.
Ponemos la mezcla en un molde que previamente hemos
preparado, engrasándolo con un poco de aceite y lo metemos a horno caliente
unos 45 ó 50 minutos. Ya sabéis pincháis con una brocheta y si sale limpia está
hecho.
Lo sacamos del molde y lo dejamos templar sobre una
rejilla.
Se puede comer templado o frío, sólo o con una
ensalada, con una salsa de tomate, con un poco de mayonesa y mostaza o con… con
vuestro gusto e imaginación.