jueves, 28 de abril de 2022

Bocadillo de aguacate y fresas.

 


Un bocadillo de lo más ligero, para esos días en que te apetece una cena rápida y saludable; la idea original para este bocadillo era incluir restos de pechuga de pollo asado, un plato de aprovechamiento, pero en el último momento decidí hacerlo vegano.

El pan, como “buena chica” de León, es de hogaza de trigo; se puede hacer con pan de molde siempre que sea un pan rico.



Necesitamos:

Dos rebanadas de pan.

½ aguacate, en su punto óptimo de maduración.

¼ de cebolleta.

Fresas.

Pechuga de pollo asado (optativo).

Sal y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos tostando las rebanadas de pan.

Abrimos el aguacate y machacamos con un tenedor. Salamos.

Picamos la cebolleta muy menuda y la mezclamos con el aguacate machacado.

Sobre una rebanada de pan extendemos la mezcla.

Lavamos las fresas y las partimos en rodajas. Las ponemos encima.

Tapamos con la otra rebanada de pan y ponemos un chorrito de aceite de oliva.

Para la versión no vegana: necesitamos además pechuga de pollo asada y partida en lonchas finas. Ponemos el aguacate con cebolleta y sal; encima el pollo y sobre él las fresas. Tapamos con la otra rebanada.

Este bocadillo no necesita salsa, mayonesa o kétchup, porque ya queda muy jugoso.

¿Comemos o qué?

 


miércoles, 27 de abril de 2022

Pollo con manzana y ciruelas pasas.


 

Para alguien tan poco amante de comer carne como yo estos guisos con su salsita y sus distintos sabores son un buen recurso. Yo no me niego a comer carne, de hecho hay algunos platos que me gustan, el cordero por ejemplo, pero en general prefiero los platos de pescado, de verduras o de legumbres.

A los que os guste el pollo creo que esta receta os encantará: queda tierno, jugoso, las ciruelas le aportan dulzor y las manzanas acidez; si lo haces con tiempo y puede reposar los sabores serán más armoniosos, más completos.

La ensalada de hoy tiene lechuga, arándanos secos y nueces; sencilla pero completa y rica.



Empezamos preparando todos los ingredientes.


En esta foto de los ingredientes falta y sobra, falta el caldo de pollo y el laurel y sobran los arándanos que usé para la ensalada.

Suelo comprar el pollo entero y como normalmente ya solo somos dos en casa congelo las pechugas en filetes, hago caldo con el esqueleto y las alas y cocino las zancas.

Quitamos la piel, que es donde se acumula la mayor parte de la grasa y lo salpimentamos; en una cazuela ponemos dos cucharadas de aceite y lo freímos hasta que esté dorado; lo sacamos y reservamos.

En la misma cazuela, con otra cucharada más de aceite pochamos lentamente la cebolla y la zanahoria, con una pizca de sal.

Cuando empieza a ablandar subimos el calor y añadimos el vino, dejamos un minuto para que evapore y agregamos el pollo, la hoja de laurel y caldo caliente suficiente para casi cubrirlo.

Dejamos cocer a fuego bajo, que hierva despacio hasta que al pinchar el pollo vemos que está tierno.

Mientras se cocina el pollo pelamos la manzana, la partimos ocho trozos y la cocinamos en una sartén con un poco de aceite para que se ablande y se dore.

Añadimos al guiso las ciruelas y la manzana y dejamos todo junto unos cinco minutos más.

Si no os gusta encontrar trozos en la salsa en este momento sacáis la carne, las ciruelas y la manzana y la trituráis; volvéis a ponerlo todo junto y que hierva un par de minutos; a mí no me molesta dejarla sin pasar y además, ahora que no nos oye nadie, os diré que no me apetece nada fregar la batidora, jejeje.

Apagamos y que repose antes de servirlo.



¿Comemos o qué?

martes, 26 de abril de 2022

Ensalada con fresas y queso.


 

Hace unos días que no me paso por aquí. Hoy simplemente comparto una idea muy, muy sencilla  de ensalada: lechuga, fresas y queso.

La acompañé con unos bocartes fritos; en general me gusta toda clase de pescados pero los bocartes, las sardinas pequeñas, parrochas en Asturias, las bacaladinas…todos estos pescados pequeños rebozados con harina de garbanzo o de trigo y bien fritos me encantan.



Necesitamos para la ensalada: unas hojas de lechuga, fresas y queso. Yo puse queso gallego de tetilla. Aceite lo oliva virgen extra, sal y vinagre.

Bocartes muy frescos y harina para rebozar. La cantidad de aceite necesaria para freír.

No hace falta que os explique nada ¿o sí? No, creo que no. Solamente  recordaros que el pescado debe estar muy fresco cuando lo compréis y que una vez frito lo pongáis sobre papel de cocina para quitar el exceso de aceite que coge con la fritura.



¿Comemos o qué?

jueves, 21 de abril de 2022

Pasta con vinagre de Jerez.


Llevo una larga temporada que sólo leo novela negra, mucha novela negra y recetas de cocina, así que tengo una “ensalada” en mi cabeza que cualquier día mezclo las investigaciones, los detectives y hasta los muertos con las verduras y demás ingredientes; no sé que va salir de aquí.

Voy a enseñaros mi última adquisición.



No tiene ni una foto pero sí muchas recetas interesantes, algunas fáciles o otras más complicadas, para el día a día y para las fiestas, de todo un poco pero todas muy bien explicadas.



Lo estreno con una muy sencillita pero con “toque”: no sé si es el vinagre y/o la mantequilla pero os aseguro que queda un plato exquisito y como veis nada complicado.



Necesitamos para dos:

100 gramos de pasta.

½ cebolla.

½ pimiento rojo.

4 champiñones.

2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.

2 ó 3 cucharadas de vinagre de Jerez.

Un trocito de mantequilla.

Sal y pimienta.

Empezamos preparando la salsa: pelamos la cebolla y la ponemos, con el aceite y un poco de sal, en una sartén grande para que se empiece a pochar, durante unos tres minutos. Aprovechamos para pelar el pimiento (si queda algún trocito de piel no importa), lo partimos y lo añadimos a la sartén.

Limpiamos los champiñones, los partimos y agregamos. Sazonamos con sal y pimienta y dejamos cocer a fuego medio durante unos cuatro o cinco minutos.

Apartamos del calor y ponemos el vinagre.

Cocemos la pasta el tiempo necesario, escurrimos y servimos en una fuente.

Añadimos la mantequilla a la salsa, con el calor se derretirá, y servimos encima de la pasta.



¿Comemos o qué?

 

jueves, 7 de abril de 2022

Arroz caldoso con salmón.



Dicen que el secreto para hacer un buen arroz es tener un buen caldo y un rico sofrito. Supongo que además es necesario un buen arroz, calcular bien el tiempo de cocción y comerlo recién hecho ¡que el arroz no espero por los comensales!

El salmón es un pescado azul que encontramos siempre en el mercado, con pocas espinas fáciles de quitar y cuyo consumo es aconsejable a todas las edades.

Así que este plato tiene que ser saludable y rico sí o sí.


Necesitamos para dos:

180 gramos de arroz bomba.

400 gramos de salmón limpio, sin espina.

2 dientes de ajo.

½ cebolla.

¼ de pimiento verde o rojo.

Caldo de pescado.

¼ de cucharilla de pimentón dulce.

¼ de cucharilla de cúrcuma.

Sal y aceite de oliva virgen extra.


Empezamos preparando el caldo. Podemos hacerlo con las espinas, piel y cabeza del salmón pero yo utilicé un caldo hecho con la cabeza y la espina de una merluza que ya tenía congelado. 

En cualquier caso ponemos el pescado a cocer con un trozo de cebolla y sal, espumamos bien y dejamos hervir unos 20/25 minutos; colamos y mantenemos caliente.

Mientras se hace el caldo vamos preparando el sofrito: en la paella o en una cazuela amplia ponemos dos cucharadas de aceite y los dientes de ajo picados; cuando empiecen a freírse añadimos la cebolla con su sal y dejamos a fuego suave unos cinco minutos; agregamos el pimiento y seguimos cocinando despacio hasta que todo está bien sofrito.

Ponemos el pimentón y la cúrcuma, echamos el arroz, damos una vueltas para que se impregne bien del sofrito y cocinamos hasta que cambie de color, esté nacarado, un par de minutos.

Subimos el fuego y en ese momento ponemos el caldo caliente, normalmente para arroz caldoso el triple de caldo que de arroz. Yo en principio pongo un poco menos porque a veces no necesita tanto (depende del fuego, que evapore más o menos). Añadimos más, de poco en poco, si nos parece que hace falta.

Cuando lleve unos 10 minutos cociendo ponemos el salmón, en trozos de bocado o poco más.

A medida que se va cociendo bajamos la intensidad del fuego hasta que el arroz esté en su punto. Si siempre usáis el mismo tipo de arroz ya tendréis calculado el tiempo de cocción que necesita, yo últimamente me he pasado a un arroz ecológico que tarda un poco más que el yo usaba, de una conocidísima maraca comercial.

Apartamos del calor y servimos.



¿Comemos o qué?

lunes, 4 de abril de 2022

Coliflor especiada con espinacas.


 

Seguro que ya  tod@s sabéis las grandes ventajas que tiene para nuestro organismo el consumo de verduras y frutas.

Es recomendable que todos los días tomemos un buen plato de estos productos pues nos aportan la fibra, vitaminas y minerales que necesitamos ¡además de estar muy ricos!

Esto nos “obliga” a buscar nuevas formas de cocinarlos, nuevas recetas, para que nuestros platos no resulten aburridos y monótonos.

Condimentar la coliflor con especias es un buen recurso para variar su sabor y su olor, ya que podemos poner y mezclar las que más nos gusten entre la variedad que tengamos. Os animo a probar y buscar vuestra “fórmula”.

Necesitamos para dos:

Una coliflor, unos 400 gramos limpia, en ramilletes.

1 cebolla mediana.

2 dientes de ajo.

Un buen puñado de espinacas frescas.

Sal y aceite de oliva virgen extra.

Especias: cúrcuma, nuez moscada y canela.

Empezamos cortando la coliflor en ramilletes de un tamaño similar, dentro de lo posible para que se cocinen todos a la vez.

En una cazuela amplia ponemos dos o tres cucharadas de aceite con los ajos picados; antes de que cojan color añadimos la cebolla picada en trocitos y sal de dejamos que se sofría a fuego suave hasta que empiece a estar trasparente, unos 10 minutos.

Agregamos la mezcla de especias y la coliflor; mezclamos bien para que se impregne de todos los sabores durante unos minutos, tres o cuatro.

Añadimos ½ vaso de agua, tapamos y dejamos hervir muy despacio.

Limpiamos las espinacas y las agregamos cuando la coliflor esté casi cocida; dejamos que se haga todo junto durante unos cinco minutos.

¿Comemos o qué?

viernes, 1 de abril de 2022

“Paté” de lentejas, berenjena y avellanas.

 


Cada vez me gustan más estas cremas, untables o patés vegetales, la verdad no sé cómo llamarlas. Suelo emplear el término paté como: una pasta de consistencia cremosa adecuada para untar.


La combinación de una legumbre y/o una hortaliza y un fruto seco, con un toque de ajo o jengibre, untada en unos panes tostados, me parece realmente excelente para acompañar el aperitivo o una cena de picoteo.


En el blog hay publicadas varias, por si os apetece otra mezcla de ingredientes. “Paté” de alubias blancas con tomates secos. O hummus, “Paté” de brócoli y almendra. Paté de zanahorias yalmendras. Paté de lombarda.


Necesitamos:

Lentejas, yo puse 70 gramos crudas.

Una berenjena mediana.

40 gramos de avellanas.

2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y sal.

Un trocito de jengibre o un diente de ajo. Cualquiera de las dos opciones son válidas, depende del gusto de cada uno; aportan sabores y aromas muy diferentes. Yo, en esta ocasión usé jengibre.

Empezamos lavando las lentejas y cociéndolas hasta que estén tiernas.

Asamos la berenjena, en el horno, cortada longitudinalmente. Cuando no nos queme sacamos toda la carne y desechamos la piel.

En el vaso de la batidora ponemos la carne de la berenjena, el trozo de jengibre pelado (pequeño, siempre estamos a tiempo de agregar más), las lentejas, bien escurridas del caldo de cocción, las avellanas y sal.

Trituramos.

Añadimos el aceite y volvemos a triturar un poco más. Probamos de sal y de jengibre por si es necesario rectificar.

La avellana quedó en trocitos, podéis triturarla más pero creo que así aporta otra textura.

Lo pasamos a un bol y lo dejamos reposar una horas para que se integren bien todos los sabores.

Se conserva en la nevera, en un táper varios días, sin problema.



¿Comemos o qué?