sábado, 28 de mayo de 2022

Trucha rellena al horno.

 


Cada vez comemos más pescado de crianza, dorada, lubina, salmón, rodaballo…

Las ventajas que está muy fresco, es de buen tamaño y bastante más económico que el pescado salvaje. El inconveniente, que siempre lo hay, es el sabor ya que su alimentación no puede ser igual y eso se nota.

La crianza de la trucha creo que fue la pionera en este sistema; las piscifactorías llevan ya muchos años con nosotros, de hecho ya no me acuerdo como sabe una trucha de río.

Esta receta la hace casi, casi el horno solo y, además, en muy poco tiempo, apenas 15 minutos.

Necesitamos por ración:

2 truchas, evisceradas, abiertas, sin cabeza y sin la espina central. Esto te lo hacen en la pescadería; las mías las abrieron por el lomo y dejaron cerrado el vientre.

1 cebolla mediana.

Tomates secos en aceite.

Jamón serrano.

1 cucharada de pan rallado y 2 dientes de ajo.

Sal y aceite de oliva virgen extra.



Empezamos pochando la cebolla partida en juliana.

Partimos los tomates en tiras.

Mezclamos el pan rallado con el ajo picado muy menudo. 

Salamos ligeramente (el jamón aporta bastante sal) las truchas por dentro y por fuera.

Las ponemos en una fuente de horno con una cucharada de aceite.


Ponemos una capa de cebolla pochada y el tomate.


Cubrimos con unas lonchas finas de jamón.

 


Cerramos las truchas y las metemos en el horno precalentado a 170º durante unos 12 minutos.

Pasado ese tiempo cubrimos con la mezcla de pan y ajo y gratinamos hasta que se dore.

Servimos con una ensalada.



¿Comemos o qué?

jueves, 26 de mayo de 2022

Bocadillo de aguacate y langostinos.



Un súper bocadillo para solucionar una cena en un plis-plás. Imprescindible un buen pan, que, afortunadamente, ya no es difícil de conseguir. Pasaron los tiempos en que solo se encontraba pan industrial de dudosa calidad: han vuelto las panaderías que con harinas de calidad hacen panes variados y nutritivos.

Encima del pan cabe, casi, de todo: verduras, embutidos, conservas, huevos, frutos secos…para que cada uno y una puedan hacer “su bocadillo”.

Hoy una combinación que me parece “casa” muy bien: aguacate, tomate y langostinos, con unas semillas de sésamo negro.

Necesitamos para un bocadillo:

Una rebanada de pan o un bollo. Se puede tostar o dejar tal cual.

½ aguacate.

1 tomate mediano y 4 ó 5 cherris.

Langostinos, la cantidad depende del tamaño, pero tres puede estar bien. También puede ponerse gambas.

1 diente de ajo.

Semillas de sésamo.

Sal y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos pelando los langostinos y partiéndolos en dos o tres trozos; si usamos gambas las dejamos enteras.

Pelamos el tomate y lo partimos en trocitos; si ponemos cherris los partimos a la mitad.

En una sartén ponemos una cucharada de aceite con el ajo picado menudo; en cuanto empiece a “bailar” añadimos el tomate y cocinamos un minuto a fuego fuerte; agregamos los langostinos, salamos y cocinamos unos dos minutos más. Los langostinos se cocinan pronto y no conviene hacerlos demasiado o quedarán secos.

Machacamos con un tenedor el medio aguacate.

Montamos el bocadillo: sobre el pan, que podemos tostar o no según nos guste, ponemos el aguacate y encima el contenido de la sartén.

Espolvoreamos unas semillas de sésamo y servimos.

¿Comemos o qué?

Este bocadillo está inspirado en este; yo he hecho mi versión porque ya sabéis que a los/las “cocinillas” nos gusta cambiar siempre algo, dar nuestro toque.

 


martes, 24 de mayo de 2022

Ensalada de cuscús.


 

Una receta de esas que tardas más en contar que en hacer. Totalmente personalizable: tomando como base el cuscús, añadimos las verduras, frutas y frutos secos que más nos gusten.

Si no la queréis vegana siempre está el recurso del huevo cocido, bonito en aceite…

Necesitamos por ración:

Cuscús.

La misma cantidad de caldo de verduras o agua.

Verduras: brócoli, tomate y aguacate.

Arándanos secos.

Aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal.

Empezamos cociendo el brócoli en agua hirviendo con sal; cuando los tallos estén ligeramente blandos escurrimos (guardamos el caldo de la cocción) y reservamos. No conviene cocerlo demasiado para que conserve sus propiedades, no se deshagan las flores y tenga un puntito crujiente.

Hidratamos el cuscús siguiendo las instrucciones del paquete. Yo como medida utilizo una garcilla por persona y, por supuesto la misma cantidad de cuscús que de caldo caliente. En este caso usé el caldo de cocer el brócoli.

Ponemos el cuscús, añadimos el caldo con sal, tapamos y dejamos reposar unos minutos. Lo deshacemos con un tenedor y ponemos una cucharada de aceite.

Pelamos el tomate y lo picamos.

Montamos la ensalada poniendo el cuscús, el brócoli, el tomate, una cucharada o dos de aceite; en el último momento pelamos el aguacate, lo añadimos y los arándanos secos que aportan un toque dulce.



¿comemos o qué?

miércoles, 18 de mayo de 2022

Garbanzos con judías verdes.

Hoy toca legumbre, en concreto garbanzos. Es curioso, de niña no me gustaba nada comer lentejas, alubias, garbanzos…siempre pensaba que cuando yo cocinara jamás prepararía estos productos ¡ahora comería platos de cuchara todos los días!

Yo los como veganos y para “mi santo” añado, en su plato, chorizo.



Necesitamos para dos*:

  • 140 gramos de garbanzos.
  • 160 gramos de judías verdes.
  • 2 zanahorias medianas.
  • 1 hoja de laurel seco.
  • Sal.

Sofrito: ½ cebolla, 1 diente de ajo, ½ cucharilla de pimentón dulce, 1 cucharilla de harina de trigo, 1 cucharilla de harina de almendra, 2 ó 3 cucharadas de aceite de oliva viren extra.



  •  chorizo o 2 huevos cocidos (optativo)**

Empezamos poniendo la noche anterior los garbanzos a remojo; por la mañana los ponemos a cocer con sal y una hoja de laurel.


Mientras se cuecen pelamos las zanahorias y las partimos en medias rodajas; quitamos los hilos laterales y los extremos a las judías y las partimos.


Cuando estén blandos los  garbanzos añadimos las zanahorias y las judías; si necesitamos agregar más agua la ponemos bien caliente para no cortar el hervor. Dejamos hervir despacio.


En una sartén hacemos el sofrito: ponemos el aceite y el ajo picado; antes de que se dore añadimos la cebolla, salamos de dejamos 5 ó 6 minutos; ponemos el pimentón y las harinas y cocinamos un minuto más.


Añadimos a la sartén dos cucharones del caldo de los garbanzos, dejamos hervir un minuto y lo agregamos a la cazuela.


Ya solo queda que hierva todo junto unos cinco minutos; probamos de sal y dejamos reposar antes de servir.


**Así ya es un plato vegano fantástico pero si sois de los que no pueden pasar con solo verduras podéis picar un huevo cocido por ración o partir un buen chorizo y freírlo, a fuego suave, sin aceite para que suelte la grasa y añadirlo al final.


*Las cantidades son las que yo pongo pero adaptarlas a vuestro apetito, todos no comemos igual.



¿Comemos o qué?

lunes, 16 de mayo de 2022

Pollo asado al estilo turco, con verduras.

 


Esta riquísima receta es de Loli Domínguez y se la vi hacer a Arguiñano en la tele.

Aunque al principio el tema del yogur me parecía extraño os recomiendo probarlo, queda un pollo muy sabroso, con la piel crujiente y un aspecto inmejorable.

Yo he hecho unos mínimos cambios, orégano en vez de tomillo, alguna verdura más, un poco menos de tiempo de horno…nada demasiado importante.

Necesitamos para dos:

2 zancas de pollo.

1 yogur natural.

2 dientes de ajo.

½ cucharadita de pimentón dulce.

½ cucharadita de comino.

½ cucharadita de orégano seco.

Pimienta negra.

Zumo de ½ limón.

Aceite de oliva viren extra y sal.

½ vaso de agua.

Guarnición: 2 patatas medianas, 2 zanahorias, 1 cebolla y ½ pimiento rojo.



Empezamos, la noche anterior a cocinarlo, limpiando bien el pollo, sin lavarlo; quitamos restos de plumas que pueda tener y el exceso de grasa.

Preparamos el adobo: en un bol ponemos los dientes de ajo machacados, el pimentón dulce, el orégano, el comino, el jugo de limón, 2 cucharadas de aceite y el yogur. Revolvemos para hacer una mezcla homogénea.

Introducimos las zancas y las untamos bien; cubrimos el bol con film y lo dejamos en la nevera hasta el día siguiente.



Cuando vayamos a cocinarlo: pelamos la cebolla, la partimos en juliana; pelamos las patatas y las troceamos en gajos; pelamos las zanahorias, las dejamos enteras; lo ponemos todo, salpimentado, en la fuente de horno.



Encima el pollo con la piel hacia abajo, también con sal y pimienta recién molida y toda la marinada restante diluida en un poco de agua.



Precalentamos el horno.

Cubrimos la fuente con papel de aluminio y horneamos durante 45 minutos a 200º.

Pasado es ese tiempo, quitamos el papel ¡cuidado, saldrá vapor que nos puede quemar!, damos la vuelta al pollo y seguimos asando durante otros 45 minutos aproximadamente.

Después de este tiempo el pollo estará asado y con la piel dorada y crujiente, si no es así, cada horno tiene su tiempo, lo dejamos unos minutos mas.



¿Comemos o qué?

sábado, 14 de mayo de 2022

¿Galletas? ¿Bizcochos? de manzana.


 

Estos días estoy leyendo un libro de Juan José Millás, “Una vocación imposible”.  Son relatos cortos, unos más que otros, muy bien escritos, de temas muy variados y con mucha imaginación.

Os cuento todo esto porque hay uno, “El clavo del que uno se ahorca”, en el que el protagonista no lleva bien los domingos, “un día cruel” según él.

Bueno he decidido dejaros unas galletas-bizcochos, muy fáciles de hacer,  para que endulcéis “vuestro día cruel” se llame como se llame el vuestro.



Necesitamos para 16:

2 huevos medianos, a temperatura ambiente.

80 gramos de azúcar.

80 gramos de aceite de girasol.

2 manzanas.

300 gramos de harina.

1 sobre de levadura química.

La ralladura de un limón de cultivo ecológico.

Azúcar glas y canela (optativo).

Empezamos batiendo muy bien los huevos con el azúcar hasta que quede una masa esponjosa.

Añadimos el aceite y seguimos batiendo para integrarlo bien, hasta dejar una masa homogénea.

Mezclamos la harina con la levadura y la piel del limón rallada.

Unimos las dos masas y nos quedará una bastante densa; no importa, tiene que ser así porque las manzanas soltará jugo.

Pelamos las manzanas y las picamos en trocitos pequeños; las agregamos a la masa y la dejamos en la nevera mientras calentamos el horno a 180º.

Sobre la bandeja del horno, cubierta con papel, vamos poniendo con ayuda de una cuchara montoncitos de masa, que quedarán irregulares.

Horneamos entre 18/20 minutos, dependiendo del horno y del tamaño; hay que comprobar que están hechas y doradas.

Juntamos el azúcar glas con la canela, en la proporción que os guste y espolvoreamos las galletas al sacarlas del horno.

Dejamos enfriar sobre una rejilla.

¿A qué el lunes ya no parece tan lunes?



¿Comemos o qué?

viernes, 6 de mayo de 2022

Coliflor con panceta ahumada.


Este aperitivo tiene un poco de todo: un poco sano y ligero, la coliflor y un poco de grasa y ahumado que quizás no sea lo más recomendable pero de vez en cuando hay que saltarse alguna norma (bueno, con cuidado, no cualquier norma, jajaja).

Necesitamos:

Coliflor.

Panceta ahumada, partida fina, tantas lonchas como ramitos de coliflor.



Empezamos partiendo la coliflor en ramos y cociéndola en agua hirviendo con sal. Cocerla el tiempo justo para que quede al dente.

Escurrimos y, cuando no nos queme, envolvemos cada flor con una loncha de panceta.

Metemos al horno precalentado a 200º hasta que la panceta esté crujiente. Les damos la vuelta a mitad del tiempo.

¿Comemos o qué?

miércoles, 4 de mayo de 2022

Alubias al horno.


Buscando por aquí y por allá nuevas formas de cocinar legumbre me encontré con una receta de alubias al horno que llamó mi atención y esta es mi versión.

Una receta muy recomendable; en este caso es vegana pero podéis añadir huevo cocido, jamón o panceta frita y crujiente en trocitos, por ejemplo.

Se puede tener adelantada y terminar en el horno cuando nos haga falta; con alubias en conserva de calidad supongo que también quede bien.

La ensalada de hoy: calabacín a la plancha con queso azul.



Necesitamos para dos:

180 gramos de alubias carillas (o blancas).

1 zanahoria.

1 hoja de laurel.

1 cebolla mediana.

½ pimiento rojo (opcional).

1 bote de tomate triturado (o unos tomates rallados).

Sal y pimienta negra.

Aceite de oliva virgen extra.


Empezamos poniendo las alubias en remojo la noche anterior. Por la mañana las escurrimos y las ponemos a cocer con la zanahoria entera y pelada y la hoja de laurel, sin sal.

Cuando estén tiernas las salamos y reservamos.

Mientras preparamos la salsa: en una sartén con tres cucharadas de aceite pochamos la cebolla y el pimiento, en trocitos, despacio. Cuando empieza a ablandar ponemos el tomate y sal. Cocinamos unos 10 minutos a temperatura suave.

Con una espumadera sacamos las alubias a una fuente que pueda ir al horno (guardamos el caldo), añadimos la zanahoria picada menuda, cubrimos con la salsa y unos golpes de pimienta.

Metemos a horno precalentado a 180º durante una media hora. Si se espesa demasiado añadimos un poco del agua de cocción de las alubias.





¿Comemos o qué?

domingo, 1 de mayo de 2022

Bacalao con salsa de almendras.



Este plato de bacalao es perfecto para celebrar un día especial; se puede hacer con antelación (incluso es mejor) y calentar; casi, casi podríamos considerarlo de “comida rápida” porque en media hora lo tenemos hecho. Además, si te gusta el bacalao y lo acompañas con una buena ensalada y un postre es una comida completa.

La única precaución es planearlo con tiempo para desalarlo bien.

Empezamos lavándolo bajo el grifo del agua fría, después lo ponemos en un recipiente grande bien cubierto de agua y lo dejamos en la nevera; cambiamos el agua cada 12 horas y dependiendo del grosor de las tajadas lo dejamos 24, 36 o 48 horas.



Necesitamos para dos:

Bacalao salado, 400 gramos más o menos.

1 cebolla mediana.

3 ó 4 dientes de ajo

1 rebanada de pan de hogaza.

1 cucharilla de pimentón dulce.

Almendras crudas, 50 gramos aproximadamente. Si son enteras las trituramos con el majado de pan y ajos. Yo usé harina de  almendra así que la puse directamente.

Aceite de oliva viren extra.



Una vez que tenemos el bacalao desalado empezamos poniéndolo en una cazuela cubierto de agua fría y dejándolo hervir durante unos 3 ó 4 minutos. Apagamos y reservamos.

En otra cazuela donde nos quepan las tajadas sin superponerse ponemos aceite de oliva que cubra el fondo, freímos los dientes de ajo enteros; cuando estén dorados los sacamos; reservamos

En la misma cazuela freímos el pan hasta dorarlos; sacamos y reservamos.

Trituramos los ajos y el pan con un poco del caldo de cocer el bacalao.

Pochamos (en la misma cazuela) la cebolla picada menuda, a fuego suave hasta que esté blandita.

Subimos el calor, ponemos las tajadas de bacalao, las dejamos dos o tres minutos; añadimos el pimentón y lo freímos.

Incorporamos el majado de pan y ajo.

Dejamos cocer despacio entre 8 y 10 minutos, dependiendo del grosor de las tajadas.

Si os parece que la salsa está muy espesa añadís un poco más del caldo de cocción del bacalao para dejarla a vuestro gusto.

Ponemos las almendras molidas, apagamos y dejamos con el calor residual.

Lo dejamos reposar.

Probad de sal, hasta ahora no hemos puesto porque el bacalao suele tener suficiente, pero conviene asegurarse.



¿Comemos o qué?