domingo, 25 de septiembre de 2022

Filete en salsa con ciruelas.



Una preparación tradicional con muy poca elaboración que se puede hacer anticipadamente y calentar cuando haga falta.



Necesitamos:

1 filete de ternera de unos 120 gramos por persona, partido en dos trozos.

Sal, pimienta negra y aceite de oliva.

Para la salsa:

Cebolla, brandy y caldo de carne.


Empezamos salpimentando los filetes y, en una sartén con una cucharada de aceite, los sellamos un minuto por cada lado.


Sacamos a un plato y reservamos mientras hacemos la salsa.


En la misma sartén, con un poco más de aceite pochamos, a fuego suave, la cebolla picada.


Cuando está blanda subimos el calor y ponemos un poco de brandy; dejamos evaporar a añadimos un vaso de caldo.


Dejamos cocer despacio unos minutos y trituramos.


Volvemos a poner la salsa en la sartén con la carne, el jugo que haya soltado y las ciruelas pasas, sin hueso; dejamos cocer hasta que la carne esté tierna.


El tiempo dependerá mucho del corte que sean los filetes.


Servimos con ensalada (tomate, maíz dulce y pepinillos en vinagre) y patatas fritas.

 


 

jueves, 22 de septiembre de 2022

Ensalada templada, con huevo poché.


 

Si, como es mí caso, os habéis tomado una buena fabada a medio día con dos copitas de vino tinto y postre, os aconsejo una cena ligera y sin grasa. 

Más que nada para no tener remordimientos nocturnos, jajaja.


Necesitamos:

Judías verdes (fréjoles).

Zanahorias.

1 huevo, de gallina feliz.

Sal, aceite de oliva virgen extra y ½ cucharilla de pimentón.



Empezamos quitando los extremos a las judías, partiéndolas en trozos y después al medio, a lo largo; quedan unos “bastones”.


Hacemos lo mismos con las zanahorias después de pelarlas.


Las cocemos en agua hirviendo con sal, por separado, al dente, algo crujientes; el punto de cocción de las verduras va en gusto pero creo que demasiado blandas pierden gracia.


Huevo poché: hay dos maneras de hacerlo y las dos son muy fáciles.


Ponemos agua a hervir, una cantidad proporcionada.


Con una cuchara o unas varillas damos vueltas al agua hirviendo muy deprisa mientras echamos el huevo en el centro.


Así la clara se recogerá alrededor de la yema. Dependiendo del tamaño del huevo y de cómo nos guste de cuajados tardará entre tres y cuatro minutos.


O también podemos forrar el pocillo con film, un trozo amplio; lo untamos con una brocha ligeramente de aceite y ponemos el huevo.


Cerramos, haciendo un paquetito que ataremos muy bien y lo metemos en el agua hirviendo. El tiempo será el mismo.


Servimos las verduras y ponemos el huevo en el centro; espolvoreamos con sal y pimentón.


Aderezamos la ensalada con un chorro de aceite de oliva.

 


 


 

martes, 20 de septiembre de 2022

Pasta de lentejas rojas, con bechamel de champiñones.


 

Supongo que muchos ya habréis visto en el súper esta pasta de lentejas rojas.



Yo ya las he cocinado un par de veces; la primera hice una ensalada  pero no me gustó mucho, la encontré un poco áspera, seca a pesar del aderezo. 

Y eso me pasó por no leer bien el envase donde ya dice que es un producto para tomar caliente.

Así que esta vez he hecho una salsa bechamel, súper cremosa, con cebolla y champiñones y el resultado mucho mejor.

No hice raciones muy abundantes porque la salsa “llena” bastante.



Necesitamos:

Pasta de lentejas rojas, 50 gramos por ración.

Salsa bechamel de champiñones: ½ cebolla mediana, 6 u 8 champiñones, 1 cucharada de harina, aceite de oliva virgen extra, sal y leche.


Empezamos: en una sartén amplia ponemos dos cucharadas de aceite con la cebolla picada menuda.


Limpiamos los champiñones y los añadimos cuando la cebolla empiece a estar transparente; ponemos sal y dejamos cocinar unos cinco minutos a calor medio.


Agregamos la harina, damos unas vueltas y dejamos dos o tres minutos para que se cocine.


Vamos añadiendo leche mientras la salsa hierve hasta dejarla ligera, no muy espesa porque al enfriar espesará algo más.


Cocemos la pasta de lentejas echándolas en agua hirviendo con sal, entre cuatro y cinco minutos.


Con una espumadera la echamos a la salsa, sin tira el agua de cocción que podemos necesitar para añadir, para aligerar la salsa, si está demasiado espeso el plato.


Un poco de perejil picado, en el último momento  puesto por encima.



¿Comemos?

sábado, 17 de septiembre de 2022

Albóndigas de bonito, con cuscús.

 



Este año la temporada del bonito se está alargando un poco más de lo normal así que todavía podemos disfrutar de este pescado fresco aunque me temo que por poco tiempo más.

Por suerte  siempre se puede congelar sin que pierda sabor y propiedades.


Hoy he hecho unas albóndigas con especias y cuscús.


Necesitamos:

Bonito limpio de pieles y espinas; el mío pesaba 525 gramos. 

Hice ocho albóndigas de unos 70 gramos aproximadamente.

1 huevo.

Sofrito de cebolla, pimiento verde y ajo.

Pan rallado, dos cucharadas aproximadamente.

Harina de garbanzo, o de trigo si no tenemos.

Caldo de pescado.

½ cucharilla de ras-el-hanout, opcional.

Cuscús, 60 gramos por ración.

Uvas pasas y nueces.


Empezamos preparando el sofrito con cebolla, pimiento verde y ajo, todo picado muy menudo y abundante ya que parte será para hacer las albóndigas y lo demás para la salsa, con dos cucharadas de aceite de oliva, sal y las especias.


Mientras se hace el sofrito preparamos el pescado: lo limpiamos de piel y espinas y lo picamos a cuchillo en trocitos pequeños.


Lo ponemos en un bol con un huevo entero y dos cucharadas del sofrito de verduras que debe estar frío o al menos templado. 

Salamos y vamos poniendo pequeñas cantidades de pan rallado hasta que tengamos una masa manejable. Dejamos que repose mientras terminamos la salsa.


Salsa: trituramos el resto del sofrito, añadimos el caldo de pescado y cocinamos unos minutos. Reservamos.


Albóndigas: cogemos cucharadas de masa, para que nos salgan todas de un peso parecido y las pasamos por harina de garbanzo que aporta un color y sabor muy agradable; además la pueden tomar los celiacos.


Freímos las albóndigas para que se sellen y las ponemos en la salsa. 

Dejamos cocer a calor suave unos cinco minutos aunque este tiempo depende del tamaño de vuestras albóndigas, a mayor tamaño más tiempo lógicamente.


Cuscús: es un buen acompañamiento, fácil de hacer y rápido. Los envases traen las instrucciones que debemos seguir.


Hidratamos las pasas, mejor sin pepita, en agua templada durante quince o veinte minutos. 

Cascamos las nueces y las partimos en trozos grandes.


Servimos las albóndigas con el cuscús (también se pueden acompañar con arroz blanco o patatas fritas).


Si preferís otra preparación de albóndigas de bonito os dejo este enlace.

martes, 13 de septiembre de 2022

Arroz con pollo.


 

Dicho así parece una receta de arroz de toda la vida que, por supuesto es un plato muy rico y sabroso que a todos nos trae buenos recuerdos.

Pero no, esta receta es diferente.

Lleva arroz, pollo, verduras, uvas pasas, frutos secos y especias ¡todo junto! Así que ya os podéis imaginar la explosión de sabores y aromas que hay en cada bocado.

Necesitamos para una ración abundante:

Pechuga de pollo, unos 140/150 gramos.

Cebolla, 100 gramos.

2 dientes de ajo.

Pimiento verde, unos 40/50 gramos.

1 zanahoria, unos 50 gramos.

Pasas, sin pepitas, 25 gramos.

Arroz bomba, 65 gramos.

Caldo de pollo o de verduras, el triple del arroz

Un puñado de almendras.

Sal, ½ cucharilla de Ras-el-Hanout, perejil y aceite de oliva virgen extra.


Empezamos partiendo la pechuga en trocitos de bocado; la adobamos con el ras-el-hanuot y una cucharada de aceite; mezclamos bien y lo dejamos reposar mientras hacemos el sofrito.


En una sartén ponemos dos cucharadas de aceite con la cebolla, el pimiento y sal; a fuego bajo lo dejamos pocha un par de minutos.

Subimos el calor, añadimos el pollo y freímos para que coja un bonito color dorado. En este momento la cocina huele a gloria ya que las especias con el calor sueltan todo “su poder”.

Ponemos la zanahoria rallada, con rallador grueso y la uvas pasas.

Ponemos el arroz.

Revolvemos y dejamos dos minutos para que todo se impregne de los sabores.



Agregamos el caldo hirviendo; yo en principio pongo 2 ½ el volumen de arroz pero siempre reservo un poco por si fuera necesario añadirlo. Dependiendo del fuego y del tamaño del recipiente a veces se evapora demasiado rápido y el arroz todavía no está hecho.

Suelo poner un poco de sal en el sofrito y un poco más en el caldo por lo que a media cocción, unos 8/10 minutos, hay que probar y rectificar si es necesario.

Cuando el arroz está cocido y se ha evaporado todo el caldo apartamos del calor.

Dejamos reposar cinco minutos tapado y antes de servir añadimos el perejil y las almendras.



¿Comemos?


domingo, 11 de septiembre de 2022

Crema de remolacha, zanahoria y manzana.


 

Un auténtico festival de vitaminas, minerales, fibra, color y sabor.


Un pequeño bol de esta crema templada, que ya empieza a refresca, a la hora de la cena te reconcilia con el mundo.


Es muy barata, fácil y rápida de hacer y se puede terminar con frutos secos, yogur, huevo cocido, jamón picado…a gusto de cada uno.




Necesitamos:


2 remolachas.

1 manzana, mejor de una variedad ácida.

2 zanahorias.

1 patata pequeña.

Sal y aceite de oliva virgen extra.


Empezamos lavando muy bien las remolachas y poniéndolas a cocer; ya cocí varias, para otras preparaciones y las más pequeñas tardaron 20 minutos y las demás 30 aproximadamente.


Dejamos templar y las pelamos.


También podemos comprarlas ya cocidas y envasadas al vacío. Esto acorta mucho el tiempo de cocinado.


Ponemos las zanahorias y la patata, peladas y picadas a cocer en agua con sal.


A los 10 minutos añadimos la manzana, también pelada y picada y las remolachas; dejamos cocer hasta que todo está tierno, unos cinco minutos más y trituramos.


Probamos y rectificamos de sal.


Servimos con el acompañamiento que más nos guste y un chorrito de aceite crudo.


Un montoncito de pipas de girasol y calabaza tostadas o una cucharilla de yogur en el centro y con un palillo hacéis “los rayitos”.


También se podría añadir nata a la crema que le aporta una textura más untuosa y más espesor. Esto tendríamos que hacerlo después de triturar y dejar hervir un minuto.



¿Comemos?

jueves, 8 de septiembre de 2022

Morcilla de verano.


 



Hay pocos, muy pocos alimentos que yo sea incapaz de comer; afortunadamente tengo un paladar y un estómago muy agradecidos, pero una de las pocas cosas con las que no puedo es la morcilla.


Así que lo único que no me gusta de este plato es el nombre; incluso pensé en cambiárselo, jajaja.


Es un plato típico de Murcia, de verano cuando las berenjenas están en su momento; ideal para el aperitivo y para una cena de picoteo.


Esta es mi versión: lo hice con berenjenas asadas aunque lo tradicional es cocerla picadas en trozos; también modifique un poco las proporciones de cebolla y berenjena que debe ser la misma cantidad; así todo el resultado es espectacular.


Necesitamos:

Berenjenas asadas, sin piel, 200 gramos.

Cebollas, 150gramos.

Piñones, 25gramos.

Aceite de oliva virgen extra y sal.


Empezamos tostando los piñones, sin nada de aceite, en la sartén donde vamos a hacer la receta; hay que estar con mucho cuidado ya que se queman fácilmente. Los reservamos.


Ponemos dos cucharadas de aceite y pochamos lentamente la cebolla y una pizca de sal.


Cuando empieza a estar transparente añadimos la berenjena asada y picada menuda; mezclamos y dejamos unos minutos que se cocine todo junto dándole vueltas de vez en cuando.


Ponemos los piñones en el último momento para que sigan crujientes no se reblandezcan.


Servimos con pan tostado.




¿Comemos?

lunes, 5 de septiembre de 2022

Berenjena con cherris y piñones.


 

Una receta que, dentro de su sencillez, es de lujo. La mezcla de sabores está muy conseguida: el sabor suave de la berenjena con el ácido del tomate, el potente del queso Cabrales  y el toque de los piñones.


Para acompañar un plato de carne o como entrante.


Las huertas asturianas están ahora en su mejor momento, las matas de berenjena, de calabacín, de tomates produciendo  sin parar ¡un placer!


Esta receta está inspirada de una de Jamie Oliver y hecha a mi manera.


Necesitamos:

Berenjenas.

Tomates cherris.

Queso Cabrales (u otro queso azul que os guste).

Piñones. 

Aceite de oliva virgen extra y sal.


Empezamos lavando las berenjenas y pariéndolas en rodajas de 1,5 centímetros de grosor, más o menos.


Las ponemos en una fuente de horno y, con una brocha las untamos ligeramente con aceite. Salamos.


Las asamos a 160/170º hasta que estén tiernas.


Ponemos los tomates y lo dejamos en el horno unos minutos más, los tomates se hacen enseguida.


Sacamos la fuente y ponemos sobre las rodajas un trocito de queso y unos piñones.


Volvemos a meter en el horno, solo con calor arriba, para que se deshaga el queso y se tuesten los piñones.


Servimos con un chorro de aceite crudo.



¿Comemos?

jueves, 1 de septiembre de 2022

Garbanzos con bonito fresco y alcachofas.


Un guiso un poco laborioso de hacer, aunque nada difícil; y si tenemos en cuenta que es (o puede ser) plato único pues tampoco es demasiado cocinar.

Hay que organizarse un poco para ir “encadenando” los distintos pasos, desde poner a remojo los garbanzos hasta añadir el último ingrediente pero creo que merece el esfuerzo.

Durante el verano el bonito, junto con las sardinas, que convierte en el pescado estrella de Asturias; la costera empieza en junio y hasta finales de agosto, más o menos, comemos bonito cocinado de todas las formas imaginables.

El mejor consejo que se puede dar respecto al bonito es: no lo cocines demasiado, lo justo, porque se seca y queda insípido; así que en este caso “menos es más”.

¿Y qué os voy a decir de los garbanzos? ¿y las alcachofas? Soy una gran fan de estos ingredientes.


Necesitamos para dos:

160 gramos de garbanzos secos.

1 rodaja de bonito fresco no muy grande; una vez limpia de espinas y piel la mía pesaba 150 gramos.

6 u 8 corazones de alcachofa.

1 zanahoria y un puerro (o media cebolla).

2 dientes de ajo, ½ cebolla y ½ pimiento rojo.

½ cucharilla de pimentón dulce.

Sal y aceite de oliva virgen extra.

Perejil.

Empezamos cociendo los garbanzos, que habremos puesto a remojo la noche anterior, con sal, la zanahoria y el puerro hasta que estén tiernos. Escurrimos y reservamos el caldo de cocción.

Trituramos las verduras de cocción, con una pequeña parte del caldo. Reservamos.

Mientras ponemos en una cazuela amplia dos o tres cucharadas de aceite y sellamos, por los dos lados, la raja de bonito, un minuto por cada lado es suficiente; la sacamos y cuando esté fría quitamos la espina central y la piel. La troceamos y reservamos.

En esta misma cazuela ¡sin limpiarla! hacemos un sofrito con los dientes de ajo, la cebolla y el pimiento.

Cuando todo esté bien pochado ponemos el pimentón y lo freímos, con cuidado que no se nos queme; añadimos los garbanzos cocidos, las verduras que hemos triturado (que darán espesor al guiso) y algo más de caldo, el suficiente para que quede ligeramente caldoso, aunque esto va en gustos.

Agregamos las alcachofas congeladas y lo dejamos cocer todo junto unos diez minutos, hasta que estén tiernas. Si usáis alcachofas en conserva las agregáis a la vez que el bonito ya que solo tienen que calentarse.

Ya solo nos queda poner el bonito, en trozos de bocado y el jugo que haya soltado y dejarlo otros cinco minutos más para que se termine de hace y se conjunten todos los sabores.

Servimos con el perejil picado.


¿Comemos?