O garbanzos con repollo, como más os guste. En todo caso un plato de invierno, calentito, saciante, nutritivo, económico y sano ¡ah! y de cocina rápida, vais a ver.
Necesitamos:
Garbanzos, unos 50 gramos, en seco por persona. O un bote de garbanzos cocidos.
Repollo rizado.
Vinagre, optativo.
Sal, ajo, pimentón dulce o mezcla, una hoja de laurel y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos poniendo los garbanzos a remojo la noche anterior; por la mañana los escurrimos y cocemos en agua con sal y una hoja de laurel. Si utilizáis garbanzos de bote os saltáis este proceso, abrís el bote y…ya está.
Cocemos el repollo picado en agua hirviendo con sal, muy poco tiempo, apenas unos poco minutos (probáis una parte dura para comprobar). El mío estuvo hirviendo tres minutos.
En una sartén ponéis tres o cuatro cucharadas de aceite y freís los dientes de ajo; en cuanto empiecen a coger color partáis de fuego y añadís el pimentón, que se fría pero no se queme; agregáis los garbanzos y el repollo bien escurrido, mezcláis y lo cocináis dos o tres minutos todo junto.
Se puede servir con un buen chorro de vinagre que es como me gusta a mí.
receta rápida ¿si o no?