No sé si os ha pasado alguna vez aunque supongo que sí: vas a la frutería eliges unos tomates con un aspecto fabuloso, rojos, sanos, sin ningún deterioro visible y, ya cuando te los meten en la bolsa ves que por debajo están verdes; en casa compruebas que están duros como piedras, secos y sin olor a tomate…bueno, algo habrá que hacer con ellos.
En una sartén ponemos dos cucharadas de aceite y dos dientes de ajo picados; dejamos que se frían sin que lleguen a coger color.
Mientas pelamos los tomates y los partimos en rodajas gruesas.
Cuando el ajo está en su punto ponemos el tomate, pizca de sal y, a calor fuertes los cocinamos un minutos por cada lado.
Sacamos a una fuente y añadimos alcaparras y perejil. Se pueden sustituir las alcaparras por otro encurtido, pepinillos, cebollitas…incluso añadir algún fruto seco como nueces o anacardos.
No le va nada mal unas aceitunas negras…
Lo que más os guste o tengáis en la despensa.
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