Las acelgas se cultivan con facilidad, son
resistentes al calor y al frío, aguantan bien la lluvia y, si por casualidad,
vienen unos días de sol también resisten sin quejarse.
Esta receta está especialmente dedicada a mi agricultor favorito.
Necesitamos para dos:
Muchas acelgas (os pareceran muchas, pero después de cocidas no será lo mismo).
Dos patatas medianas.
4 gambones o langostinos por persona.
Pimentón dulce.
Unos dientes de ajo.
Y como siempre, aceite y sal.
Empezamos lavando muy bien las hojas, sobre todo por
el envés, donde suelen “refugiarse” los caracoles; si las acelgas son de
cultivo ecológico es más fácil que tengan.
Si son muy tiernas
picamos las pencas sin quitar los
hilos; si no tendremos que quitárselos.
Ponemos agua con sal a hervir y añadimos las
acelgas. Dejamos cocer unos 5 ó 6 minutos (probar un trozo de penca para
comprobar que están). Escurrimos.
Pelamos las patatas, las partimos en trozos no muy
pequeños y las cocemos hasta que estén tiernas sin deshacerse. Escurrimos.
Picamos los dientes de ajo y los freímos en tres
cucharadas de aceite; cuando empiezan a coger color ponemos los gambones, los hacemos 1 minuto por cada lado y los
sacamos.
Agregamos un poco de pimentón y freímos; ponemos las
acelgas, las patatas y los gambones; revolvemos bien todo para que se impregne
del aceite.
En vez de gambones probad con unos taquitos de
jamón, o con un chorizo picado o con huevos cocidos o con…
¡Y listo, a disfrutar!
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