Lo primero es lo primero y lo primero, en este caso, es “presumir” de mis platitos de cerámica; en realidad formaban parte de otro proyecto pero por “circunstancias ajenas a mi voluntad” acabaron en platitos de aperitivo. Si no habéis probado a hacer cerámica y tenéis la oportunidad no dejéis de intentarlo; amasar barro, para crear algo con tus propias manos, aunque sea un platito, tiene auténtica magia.
Vamos con el paté. Puede ser un aperitivo o un segundo dependiendo de la cantidad y de qué lo acompañéis.
Necesitamos:
Una lata de sardinillas en aceite de oliva.
Una lata pequeña de bonito en aceite de oliva.
3 huevos M
300 ml de leche; podéis usar nata pero con leche quedan muy bien y son más ligeros.
2 ó 3 pimientos del piquillo de lata.
2 ó 3 cucharadas de tomate frito casero, si puede ser, con su cebolla, ajo, tomate, aceite de calidad y su chup, chup.
Sal y pimienta.
Es tan fácil como escurrir bien las conservas quitándoles el aceite y las ponemos en el vaso de la batidora con…todo lo demás: huevos, leche (o nata), pimientos, salsa de tomate, sal y pimienta. Batimos hasta hacer una mezcla homogénea.
Rellenamos los moldes individuales o uno grande; yo usé moldes de silicona que no necesitan encamisarse.
Los ponemos al baño María, a 180º hasta que estén cuajados. Dejamos templar o mejor enfriar antes de desmoldar.
Los servimos con un poco de salsa de tomate o mayonesa y panecillos tostados.
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