Lo primero que quiero es pediros disculpas por la mala calidad de las fotos: no pensaba publicarlo, solo hacia una prueba.
Pero viendo el resultado no he podido resistirme a contároslo. Ya sabéis que llevo una temporada preparando el salmón al horno y el resultado es muy satisfactorio.
Esta receta de hoy me parece que ha venido a mi casa para quedarse; el salmón queda perfectamente cocinado y jugoso, la costra crujiente con sabor a tomate seco y a avellana; es muy fácil y rápido de hacer y sobre todo ¡está muy rico!
Necesitamos:
Un trozo de salmón, de la cola o del lomo.
Sal y pimienta negra.
Aceite de oliva virgen extra.
Para hacer la costra:
Pan rallado, orégano seco, avellanas tostadas, tomates secos en aceite de oliva. Las cantidades dependerán del tamaño del pescado que queráis cocinar; si os sirve de orientación os diré que yo puse para un trozo de 350 gramos, 2 cucharadas de pan rallado, 3 tomates secos, 18 avellanas.
Empezamos preparando la
costra que va a cubrir el pescado. En un robot de cocina ponemos unas
cucharadas de pan rallado, las avellanas tostadas y sin piel, los tomates secos
en aceite y el orégano; trituramos.
Lo sacamos para un cuenco y añadimos una cucharada de aceite para que se amalgame un poco. Reservamos.
Calentamos el horna a 200º.
En una fuente de horno ponemos un poco de aceite de oliva, una cucharada, extendemos con una brocha y ponemos encima el salmón; sal-pimentamos.
Cubrimos con la costra.
Horneamos unos 15 minutos. Si se tuesta demasiado lo cubrimos con una lámina de papel de aluminio.
Picamos el perejil.
Sacamos del horno y adornamos con el perejil.
¡Y listo, a disfrutar!
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