Hoy
vamos a hacer una ensalada templada que sea plato único. Hay que animar, un poquito, esta pechuga de pollo que así, sin más me parece un
poco triste. Con un adobo que aporte sabor y color y algo de compañía ya es otra cosa ¿Cómo lo veis?
Necesitamos
para dos:
Unos
filetes finos de pechuga; nos los hacen en la carnicería sin problema.
Para el
adobo: pan rallado, pimienta negra molida, pimentón dulce y cúrcuma. También
sal pero esta la ponemos a la carne en el último momento para que no se deshidraten.
Para la
ensalada: canónigos, melón*, sal y aceite de oliva virgen extra.
Ya
podemos empezar.
Mezclamos
todos los ingredientes del adobo, en la proporción que nos guste pero ¡cuidado!
el pimentón siempre parece insuficiente pero al freír “estalla” con toda su
potencia.
Salamos los filetes y empanamos con esta mezcla.
Los freímos.
Lavamos
bien los canónigos, o la ensalada verde que utilicemos, aunque sean de bolsa y
vengan ya limpios. Reservamos.
Partimos
el melón en tacos un poco gruesos y los hacemos a la plancha con una gota de
aceite.
Ya solo
nos queda montar el plato: servir la carne, aderezar la ensalada de canónigos y acompañar
con el melón al que ponemos unas piedritas de sal gorda.
*El melón que yo tenía estaba en su punto de maduración, dulce y jugoso pero creo que esta puede ser una forma ideal de aprovecharlo si os sale un melón un poco seco e insípido.
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