martes, 15 de abril de 2014

Patatas a la importancia.





Un clásico. Una cena de mi infancia. Muy barato, sano, sabroso, con ingredientes de los que siempre hay en casa, éxito seguro con los niños... y no tan niños.

En la foto están los ingredientes básicos, yo usé además vino blanco y una pizca de cúrcuma para la salsa.



Pelamos las patatas y las partimos en rodajas de 1 ½ centímetro, o como más nos guste pero procurando, eso sí, que todas sean bastante iguales.

Las salamos, pasamos por harina y huevo y freímos en abundante aceite. Reservamos.





Vamos con la salsa:

Picamos cebolla muy menuda y la sofreímos en unas cucharadas del aceite que hemos usado para freír las patatas.
Ponemos una cucharadita de harina y sofreímos. 

Añadimos ½ vaso de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol.

En un mortero machacamos unos dientes de ajo y perejil  con un poco de sal. 

 








Lo desleímos con un poco de agua y lo añadimos al sofrito. 



Ponemos, si nos gusta un poco de cúrcuma o unas hebras de azafrán.

Dejamos cocer un par de minutos y se lo añadimos a las patatas fritas. 
Las patatas conviene ponerlas en una cazuela baja y amplia para que no tengamos que amontonarlas mucho.


Ponemos la salsa sobre las patatas y dejamos cocer despacito, unos 15 minutos (pinchamos con una puntilla para comprobar que están blandas, sin deshacerse). Rectificamos de sal, si es necesario. Y listas.


En fin, probad y ya me contaréis.

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