En mi casa somos muy fans de las sardinas; si son grandes las hacemos en la plancha (en verano en el jardín) y si son pequeñas, parrochas, las freímos. Siempre las acompañamos con una ensalada y, casi siempre, con una botella de sidra. Menú de lujo de verano.
Hoy las he preparado al horno y han quedado fantásticas; se hacen en pocos minutos, mientras preparas la ensalada están y, sinceramente, dejan menos “perfume” en la cocina. Además es una preparación más ligera que las frituras,.
Necesitamos por persona:
10/12 sardinas pequeñas, parrochas.
2 dientes de ajo.
Perejil.
1/2 limón.
1 cucharada de pan rallado.
Sal y aceite de oliva virgen.
Empezamos limpiando las parrochas: les cortamos la cabeza (como pedía insistentemente la reina en Alicia en el país de las maravillas: “que le corten la cabeza”) y sacamos todas las vísceras metiendo un dedo por el vientre; en la pescadería también lo hacen, si se lo pides. Las lavamos quitando todas las escamas.
En una fuente de horno, de tamaño proporcionado, ponemos una cucharada de aceite y la extendemos con una brocha de cocina; añadimos un poco de sal y los dientes de ajo picados.
Colocamos las parrochas, las salamos ligeramente, rociamos con el zumo de limón y un hilo de aceite.
Cubrimos con una capa ligera de pan rallado y horneamos a 180º, en horno precalentado, unos 10 minutos.
Sacamos y espolvoreamos el perejil picado.
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