Esta ensalada bien la podríamos llamar “ensalada
asturiana de otoño”. A primeros de septiembre se recogen las avellanas,
y se ponen a secar, y las primeras manzanas, hay lechugas en las huertas, la
sidra ya está embotellada…
Necesitamos para dos:
1 manzanas.
12 avellanas tostadas.
Unas hojas de lechuga.
100 ml de sidra natural.
1 cucharada rasa de azúcar moreno.
Aceite de oliva virgen extra.
Empezamos pelando las manzanas y partiéndolas en gajos; cada
manzana en 6 u 8 gajos, dependiendo del tamaño.
En una cazuela donde nos quepan sin amontonar ponemos
la sidra, el azúcar y las manzanas; cocemos a
fuego lento hasta que las manzanas estén tiernas pero sin deshacerse. Seguimos cociendo
el caldo para que reduzca.
Cascamos las avellanas y las tostamos en el
horno. Hay que moverlas con frecuencia para evitar que se quemen.
Montamos la ensalada: ponemos una cama de lechuga, bien limpia y
escurrida, y aliñamos con aceite y sal. Encima colocamos las manzanas.
Adornamos con las avellanas y regamos con unas cucharadas del caldo de cocción
reducido.
¡Y listo!
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