Hoy
vamos con un plato muy ligero y saciante porque ¡vaya mes que llevamos! y lo
que nos queda.
Así
que vamos a dar un descanso a nuestro aparato digestivo, a tomar un plato
completo con poca grasa y mucho sabor.
Necesitamos:
Verduras:
repollo, zanahorias, puerro, pimiento verde y cebolla.
Pechuga
de pollo; también podemos usar restos de carne asada.
Especias:
pimienta negra, cúrcuma, pimentón dulce y nuez moscada.
Sal,
aceite de oliva virgen y una hoja de laurel.
Empezamos
preparando las verduras: picamos y lavamos el repollo; pelamos las zanahorias y
las partimos; picamos la cebolla y el puerro (el puerro hay que lavarlo con
mucha atención porque suele tener tierra entre las capas).
Adobamos
la pechuga de pollo con las especias. Yo usé las que os puse en los
ingredientes porque creo que le va bien al pollo pero lo dejo a vuestra
elección, poned lo que más os guste.
Ponemos
la pechuga, partida en trocitos de bocado, en un bol con las especias y una
cucharada de aceite; dejamos en el frigo hasta que lo vayamos a usar.
En
una cazuela ponemos dos cucharadas de aceite y sofreímos despacio la cebolla,
el pimiento y el puerro con sal y el laurel, unos 8 minutos; añadimos las
zanahorias y el repollo; tapamos y seguimos cocinando dándole vuelta de vez en
cuando hasta que todo esté tierno. No ponemos agua ya que será suficiente con
la humedad de las verduras.
Ponemos
el pollo en una sartén y freímos a fuego fuerte hasta que esté dorado.
Lo
agregamos al guiso de verduras y listo.
¿Comemos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario