Después de tantos días de celebraciones, de reuniones con familiares y con amigos, de compromisos que casi siempre acaban igual, comiendo y bebiendo más de lo habitual, vamos a empezar a recuperar “los buenos hábitos”.
Esta crema la vi aquí, y me pareció muy tentadora; unas pequeñas variaciones y ya la hice “mía”.
En principio no llevaba langostinos pero como me he propuesto vaciar el congelador de eso que yo llamo “los por si acaso”: por si acaso un poquito más de esto y de aquello, por si acaso a alguien le apetece esto o aquello, por si acaso alguien se volvió vegano estos días, por si acaso…
Los “por si acaso” se han quedado en el congelador y ahora hay que darles salida, sin desperdiciar nada.
Necesitamos para dos:
1 cebolla grande o dos medianas.
1 manzana grande o dos medianas; de la variedad que os guste pero creo que le va bien que sea ácida para contrarrestar el dulzor de la cebolla.
Aceite de girasol y mantequilla.
Agua y sal.
Leche evaporada o nata para cocinar (optativo).
Dos dientes de ajo.
6 langostinos medianos.
Empezamos pelando la cebolla y picándola; como lo vamos a triturar no es necesario ser demasiado exigente con el tamaño.
En una pota ponemos aceite y mantequilla en cantidad suficiente para pocharla, a calor moderado, con sal, hasta que esté trasparente.
En ese momento añadimos la manzana, pelada y partida; cocinamos unos minutos todo junto.
Cubrimos con agua (yo prefiero el agua al caldo de verduras que en ocasiones me sabe demasiado a puerro o a otra verdura) y dejamos cocer despacio unos diez minutos.
Aprovechamos para pelar los langostinos y pincharlos con un palillo; en una sartén ponemos dos cucharadas de aceite y freímos los dientes de ajo picados; antes de que cojan color ponemos los langostinos salados y los hacemos un minuto o algo más, dependiendo del tamaño, por cada lado. Reservamos.
Trituramos la crema.
Es el momento de agregar la nata, si la vamos a poner. Yo no la puse porque aunque mejorar la textura y le aporta sabor a la crema no quería aumentar las calorías.
Si servimos en vasitos, como pequeño aperitivo, ponemos los dientes de ajos fritos y un langostino (foto).
Si lo vais a tomar en plato no es necesario poner el palillo a los langostinos; simplemente los cocinamos y añadimos a la crema.
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