lunes, 6 de noviembre de 2023

Codillos de cerdo guisados.


No será la pieza con mejor aspecto que podemos cocinar pero sí una de las más sabrosas. Necesita un tiempo prolongado de cocinado, con una cocción lenta, para que quede tierna y melosa. Aunque en realidad no da mucho trabajo solamente vigilarla de vez en cuando y darles la vuelta para que se hagan uniformemente.

Necesitamos:

2 codillos.

Para la salsa: unos dientes de ajo, 2 cebollas medianas, 2 puerros, incluso la parte un poco verde, ½ pimiento rojo, ½ pimiento verde y 2 zanahorias.

1 chupito de coñac o de güisqui.

½  vaso de vino tinto.

Caldo o agua.

Sal, pimienta negra y aceite de oliva virgen.

Empezamos sazonando los codillos con sal y pimienta negra; los ponemos en la cazuela con un fondo de aceite y los sellamos hasta que tengan un tono dorado.



Mientras vamos picando todas las verduras; no es necesario que sea en trozos muy pequeños porque la cocción va a ser larga y además vamos a triturar la salsa.

Cuando los codillos estén sellados añadimos el coñac o el güisqui de dejamos evaporar a calor fuerte.

Ponemos todas las verduras; yo puse primero los ajos, los puerros, las cebollas y zanahorias simplemente porque no me cabía todo en la cazuela que usé; cuando perdieron volumen agregué  los pimientos y el vino tinto.




Salamos, tapamos y bajamos el fuego dejando que se cocine lentamente. Si tiene poco líquido podemos añadir un poco de caldo y agua.

Cada media hora, más o menos, demos la vuelta a la carne y seguimos cocinando hasta que este muy tierna.



Sacamos los codillos y trituramos la salsa, podemos pasarla después por un chino si queremos que esté más fina, yo no lo hice. Probamos de sal y rectificamos.

Volvemos a poner la carne y lo mantenemos bien caliente hasta que se vaya a servir.

Como ya lleva bastantes hortalizas en la salsa lo podemos servir con patatas fritas y ¡para chuparse los dedos!

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