Incluir
en las comidas diarias una ensalada es una costumbre muy saludable.
Al
llevar vegetales crudos son platos llenos de vitaminas, minerales y fibra.
Esta
en concreto lleva tomates y compañía, a saber: perejil, rico en vitamina
C, ajo
crudo, que es un antibiótico natural, aceitunas negras, con
aportación de vitaminas E y A, hierro, fósforo y grasas mono insaturadas, canónigos,
con sus efectos diuréticos y depurativos. Además aceite de oliva virgen extra, que
ya sabéis es nuestro “oro líquido” (y viendo el precio no hay duda) muy
saludable.
Empezamos
lavando los tomates y partiéndolos al medio; los ponemos en un bol y añadimos
un buen manojo, al gusto, de perejil, lavado, seco y picado.
Agregamos
ajo; la cantidad a vuestro gusto pero teniendo en cuenta que tiene un sabor
fuerte. Yo puse ½ diente pequeño. Lo trituramos con un exprimidor de ajos
(instrumento muy útil) y mezclamos.
Sazonamos
con aceite y vinagre y dejamos reposar.
Cuando
vayamos a servirla completamos con los canónigos, con su sal y aceite y las
aceitunas.
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