Esta sencilla receta nos puede sacar de un apuro cuando tenemos que improvisar un aperitivo o una merienda ya que se hace con ingredientes que podemos fácilmente tener en casa.
Perfecto para una merienda-cena de picoteo, para llevar al campo o, simplemente, para acompañar una botella de sidra o una caña.
El relleno tiene un sabor muy suave por lo que el toque del tomate seco le va muy bien.
Necesitamos:
1 patata mediana.
1 cebolla mediana.
1 calabacín no muy grande.
Unos tomates secos en aceite.
Una lámina de hojaldre rectangular.
Sal, pimienta negra y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos pelando la patata y la cebolla y partiéndolas en rodajas finas; en una sartén ponemos dos cucharadas de aceite y, a fuego muy bajo, vamos pochándolas.
Cuando empiecen a ablandar añadimos el calabacín, salamos y seguimos pochando lentamente.
Reservamos, ponemos un poco de pimienta negra y dejamos enfriar. Es muy importante que cuando vayamos a ponerlo en el hojaldre esté completamente frío.
Encendemos el horno siguiendo las instrucciones del hojaldre.
Extendemos la lámina y sobre una mitad ponemos el relleno que hemos reservado con los tomates secos en trocitos. Se pueden sustituir por queso rallado.
Tapamos con la otra mitad y horneamos hasta que esté cocido y dorado.
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