miércoles, 27 de abril de 2022

Pollo con manzana y ciruelas pasas.


 

Para alguien tan poco amante de comer carne como yo estos guisos con su salsita y sus distintos sabores son un buen recurso. Yo no me niego a comer carne, de hecho hay algunos platos que me gustan, el cordero por ejemplo, pero en general prefiero los platos de pescado, de verduras o de legumbres.

A los que os guste el pollo creo que esta receta os encantará: queda tierno, jugoso, las ciruelas le aportan dulzor y las manzanas acidez; si lo haces con tiempo y puede reposar los sabores serán más armoniosos, más completos.

La ensalada de hoy tiene lechuga, arándanos secos y nueces; sencilla pero completa y rica.



Empezamos preparando todos los ingredientes.


En esta foto de los ingredientes falta y sobra, falta el caldo de pollo y el laurel y sobran los arándanos que usé para la ensalada.

Suelo comprar el pollo entero y como normalmente ya solo somos dos en casa congelo las pechugas en filetes, hago caldo con el esqueleto y las alas y cocino las zancas.

Quitamos la piel, que es donde se acumula la mayor parte de la grasa y lo salpimentamos; en una cazuela ponemos dos cucharadas de aceite y lo freímos hasta que esté dorado; lo sacamos y reservamos.

En la misma cazuela, con otra cucharada más de aceite pochamos lentamente la cebolla y la zanahoria, con una pizca de sal.

Cuando empieza a ablandar subimos el calor y añadimos el vino, dejamos un minuto para que evapore y agregamos el pollo, la hoja de laurel y caldo caliente suficiente para casi cubrirlo.

Dejamos cocer a fuego bajo, que hierva despacio hasta que al pinchar el pollo vemos que está tierno.

Mientras se cocina el pollo pelamos la manzana, la partimos ocho trozos y la cocinamos en una sartén con un poco de aceite para que se ablande y se dore.

Añadimos al guiso las ciruelas y la manzana y dejamos todo junto unos cinco minutos más.

Si no os gusta encontrar trozos en la salsa en este momento sacáis la carne, las ciruelas y la manzana y la trituráis; volvéis a ponerlo todo junto y que hierva un par de minutos; a mí no me molesta dejarla sin pasar y además, ahora que no nos oye nadie, os diré que no me apetece nada fregar la batidora, jejeje.

Apagamos y que repose antes de servirlo.



¿Comemos o qué?

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