Últimamente estoy preparando, casi siempre, el salmón en el horno; me parece un buen sistema de cocción, sin añadir apenas aceite se hace en su propio jugo; además queda jugoso si tienes cuidado de no pasarte de tiempo (se hace en pocos minutos) y, por si fuera poco casi no ensucias cacharros.
Hoy lo he acompañado con una salsa/crema de zanahoria y jengibre; la zanahoria aporta dulzor y el jengibre una mezcla de picante y sabor cítrico que la complementa muy bien. También el toque de cúrcuma aporta color y perfume.
Necesitamos para dos:
Para la salsa de zanahoria.
Zanahorias, 3 ó 4.
1 cebolla mediana.
1 trozo de jengibre, dependiendo de cómo os guste. Yo puse un trozo de unos dos centímetros.
½ cucharilla de cúrcuma.
Un poco de brandy.
Aceite de oliva virgen y sal.
Además:
Un trozo de salmón de la cola, unos 300 gramos.
Perejil.
Empezamos preparando la salsa: pelamos las zanahorias y la cebolla; las partimos en trozos.
En una pota ponemos dos cucharadas de aceite, la cebolla y las zanahorias; salamos, tapamos y dejamos que se cocine durante unos 10 minutos. Damos vueltas de vez en cuando.
Añadimos el jengibre, pelado y picado y la cúrcuma.
Ponemos el brandy y dejamos que se evapore el alcohol.
Agregamos unas cucharadas de agua y dejamos cocer, tapado; hasta que la zanahoria este tierna; si se seca demasiado ponemos un poquito más de agua; debe quedar relativamente espesa.
Trituramos.
Mientras se hace la salsa preparamos el pescado; en un larguero de horno ponemos una cucharada de aceite y la extendemos por todo el fondo; ponemos el pescado y lo salamos.
Calentamos el horno a 180/190º y tenemos el pescado unos 10 ó 12 minutos dependiendo del grosor de la tajada.
Emplatamos poniendo en el fondo de la fuente la salsa bien caliente y encima el salmón; adornamos con perejil picado.
Y listo ¿comemos o qué?
Esta receta está basada en esta, con sus modificaciones.
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