¿Buscáis un plato muy
económico, que parezca un plato especial y sepa a auténtico plato de fiesta? Lo
habéis encontrado.
Necesitamos ½ pechuga de
pollo por persona, unas lonchas de jamón serrano, patatas, cebolla, champiñones
y leche evaporada. Aparte, lo de siempre, sal, pimienta negra, aceite…
Yo tenía las pechugas
congeladas así que aproveché y antes de que descongelaran totalmente les hice
unos cortes, sin llegar hasta el fondo.
Calentar el horno a
180º/190º.
Salpimentar y poner dentro
del corte unos trozos de jamón.
Pelar las patatas,
partirlas en lonchas y freírlas, sin llegar a hacerlas totalmente.
En una fuente de horno
poner una cama de patatas semifritas, encima las pechugas y meter al horno unos
30 minutos.
Mientras se asan las
pechugas vamos haciendo la salsa de champiñones.
Partimos cebolla y la sofreímos
a fuego lento hasta que empieza a estar transparente; añadimos los champiñones
en trocitos y cocinamos 4 ó 5 minutos para que evaporen el agua.
Añadimos leche evaporada y dejamos cocer despacio unos 10 minutos. Rectificamos de sal.
Podemos triturar la salsa
o, como yo hice, dejarla así.
Ponemos la salsa por
encima de las pechugas y dejamos en el horno unos 5 minutos más.
Yo vi aquí esta receta y desde el
primer momento me apeteció hacerla.
Hice algunos cambios para que
resultara más ligera.
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