Que no cunda el pánico;
mucho título para un plato fácil, sencillo y sano.
El parmentier podríamos
resumirlo como un rico puré de patatas y milhojas es simplemente ir poniendo
capas de distintos productos.
Necesitamos:
Para el parmentier:
patatas harinosas, mantequilla y leche.
Para el milhojas:
berenjena, salsa de tomate casera y queso mozzarela.
Además necesitamos sal,
aceite de oliva virgen y unas aceitunas negras.
Empezamos cociendo
las patatas con sal; cuando están tiernas las escurrimos bien y las pasamos por
el pasapurés; añadimos un trozo de mantequilla y damos vueltas para que se
deshaga con el calor de las patatas; vamos añadiendo leche templada hasta
dejarlo del espesor que nos guste, sin dejar de remover. Probamos de sal y
rectificamos si hace falta.
Lavamos muy bien la
berenjena y la secamos; con una mandolina, o un cuchillo bien afilado y mucho
pulso, vamos haciendo rodaja finas.
Untamos la plancha con un
poco de aceite y vamos haciendo las rodajas de berenjena hasta que estén
tiernas. Las berenjenas son como esponjas: nunca tienen bastante aceite, son
capaces de absorber todo el que pongáis así que cuidado.
Cuando tengamos todas las
rodajas vamos montando el milhojas.
Ponemos dos o tres rodajas
de berenjena en la base, no totalmente superpuestas para tener más superficie;
encima una cucharadita de salsa de tomate, berenjena, rodaja de queso,
berenjena, tomate…terminamos con berenjena y queso.
Calentamos el horno a 180º
y metemos los milhojas durante unos 20 minutos o hasta que veamos que está todo
bien cocinado y el queso fundido.
Emplatamos poniendo una
cama de parmentier y encima un milhojas. Adornamos con aceitunas negras y un chorro de aceitte de oliva virgen.
¡Y listo!
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