Las torrijas son un postre tradicional hecho
con unas materias primas muy humilde: pan, leche, huevo y azúcar, básicamente.
Es una de esas recetas que ponen de manifiesto la
creatividad de tantas mujeres que sin tener muchos recursos conseguían hacer
platos de fiesta para su familia, sabrosos y nutritivos.
En la actualidad hay muchas recetas de torrijas con
innovaciones, cambios de ingredientes, panes especiales, presentaciones
variadas…todas seguramente muy sabrosas.
En esta ocasión yo he intentado hacer unas torrijas
ligeras, dentro de lo posible. He quitado casi todo el azúcar y no las
he frito, son a la plancha.
Necesitamos:
Pan. Yo he usado pan integral, un poco duro, como de
dos o tres días.
Leche.
Huevo.
Una copita de anís.
1 cucharada de aceite de oliva.
1 cucharada de panela.
1 cáscara de naranja y otra de limón, si puede ser
de fruta ecológica.
Empezamos calentando la leche con la cáscara de naranja y limón;
cuando comience a hervir apagamos y dejamos enfriar. Agregamos el anís.
Partimos el pan en rebanadas gruesas como de dos centímetros. Las
colocamos, sin superponerlas, en una fuente. Añadimos la leche, colada, y dejamos
que el
pan se empape bien.
Batimos los huevos.
Ponemos a calentar la plancha con una cucharada de
aceite.
Con mucho cuidado para que no nos rompan pasamos
las rebanadas de pan empapado en leche y anís, por el huevo
batido y las vamos poniendo en la plancha.
Cuando están doradas espolvoreamos con la panela
y dejamos que se caramelice y cojan un bonito color.
Ya veis que apenas tienen azúcar sin embargo su
sabor es espectacular, con un ligero gusto a anís; están blandas y jugosas por
dentro, caramelizadas por fuera.
Y listo ¿comemos o qué?
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