La zanahoria es una de las
hortalizas más versátil que podemos usar en la cocina; se puede tomar cruda,
cocida, frita…Se puede utilizar en ensaladas, guisos, purés y, por supuesto en
preparaciones dulces, tartas, mermeladas…
Los beneficios que aporta
a nuestro organismo son muchos: es rica en potasio, flúor y fósforo; si se toma
cruda ayuda a fortalecer dientes y encías; es rica en fibra, ayuda a combatir
el estreñimiento; por su elevado contenido en agua es diurética; fortalece las
uñas y el cabello y un largo etcétera de propiedades más.
La receta de hoy,
zanahorias asadas, es una excelente guarnición para acompañar carne.
Necesitamos:
Zanahorias ecológicas, si
puede ser. La cantidad depende para cuantos. Yo hice medio kilo para dos y
¡casi no sobraron!
Media cebolla.
4 ó 5 dientes de ajo sin
pelar.
Pimienta negra en grano.
Aceite de oliva virgen
extra y sal gorda.
Empezamos pelando
las zanahorias; las partimos al medio longitudinalmente y después cada trozo en
dos o tres dependiendo del grosor de la zanahoria. Se trata de conseguir unos
bastones de tamaño y grosor similar.
Partimos la cebolla en
trozos grandes y separamos las capas.
En una fuente de horno
ponemos las zanahorias, la cebolla y los dientes de ajo; sazonamos con sal
gorda, agregamos los granos de pimienta un poco machacados en el mortero y
aceite.
Removemos para que todo se
unte bien.
Metemos en el horno a 180º
durante unos 30 minutos, más o menos; lo mejor sacar un trozo y probar, tiene que quedar asada pero con un toque crujiente aunque bueno el punto va en
gustos.
¡Y listo!
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