¡Unas
humildes patatas fritas y qué ricas están! Estas quedan crujientes por fuera y
muy tiernas por dentro, con un rico saborcito a ajo y a pimentón*.
Nos
pueden servir de picoteo, tipo patatas bravas o como guarnición de otro plato.
La
receta se la vi hacer a Carlos Arguiñano en su programa de la tele.
Necesitamos:
Patatas,
que tengan más o menos el mismo tamaño.
Aceite
de oliva virgen extra.
Unos
dientes de ajo.
Una
cucharadita de pimentón dulce o mezcla de dulce y picante*.
Sal
y perejil.
Empezamos lavando muy bien unas patatas para
cocerlas enteras y con piel.
Las
ponemos en una cazuela con agua fría y sal y las cocemos hasta que están
tiernas, unos 20/25 minutos según el tamaño. Yo las pincho con una brocheta de
madera para comprobar si ya están.
Dejamos
templar y las pelamos.
Las
partimos en cuadraditos o en medias lunas.
Ponemos
abundante aceite en una sartén amplia y las freímos a calor moderado, dándoles
vuelta para que se doren por todos los lados.
Pelamos
los dientes de ajo y los picamos; lavamos y picamos un manojo de perejil.
En
otra sartén con dos cucharadas de aceite freímos el ajo y el perejil.
Sacamos
las patatas a una fuente con papel absorbente.
Las ponemos
en la fuente de servir, espolvoreamos el pimentón y echamos por encima el
sofrito de ajo y perejil y unas piedras de sal gorda.
*En
esta ocasión yo no puse el pimentón como veis en las fotos; las volví a hacer,
esta vez sin fotos, y os aseguro que el pimentón les da un sabor especial y muy
rico. Os animo a ponerlo.
¡Y
listo!
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