Una buena forma de comer
pescado incluso para las personas que no les gusta el pescado.
Yo utilicé merluza
congelada pero con otras muchas clases de pescado también quedará bien, bacalao
fresco, lubina, dorada…También podéis agregar unas gambas o unos langostinos.
Incluso se puede hacer
para aprovechar restos de pescado, acortando el tiempo de horno.
La receta original lleva,
como no, queso para gratinar. Yo no lo puse porque no quiero tantas calorías y no
quiero que todo sepa a queso pero si os gusta añadís queso rallado cuando el
pastel lleve un rato en el horno, para que no se queme.
Necesitamos para un pastel
para dos o tres raciones:
500 g de patatas.
400 g de filetes de
merluza.
2 cebollas medianas.
2 zanahorias.
Espinacas frescas, un
manojo.
Aceite de oliva virgen
extra.
Sal y pimienta negra.
Empezamos
preparando un puré de patatas: las pelamos y partimos en trozos y las
cocemos en agua con sal. Cuando están tiernas las sacamos escurridas, guardamos
algo del líquido de cocción y las machacamos con un tenedor para dejarlas
hechas puré. Debe quedar espeso así que añadimos algo del líquido solo si nos
hace falta. Reservamos.
Partimos el pescado en
trozos de bocado; reservamos.
En una sartén ponemos dos o
tres cucharadas de aceite y sofreímos la cebolla, picada en
trocitos con la zanahoria, pelada y también picada.
Cuando la cebolla está
transparente ponemos las espinacas, bien lavadas; damos
unas vueltas y cuando disminuyan de volumen ponemos el pescado, sal y pimienta;
dejamos al fuego un minuto y apartamos.
En una fuente, que pueda
ir al horno ponemos el contenido de la sartén, extendemos que quede uniforme y
cubrimos con el puré de patatas.
Horneamos a 190º/200º
hasta que el puré esté dorado y veamos las burbujas del pescado al cocinarse, unos
25/30 minutos, dependiendo del tamaño de la fuente y del horno.
Servir bien caliente.
¡Y listo, a disfrutar!
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