sábado, 22 de noviembre de 2014

Pollo en salsa pepitoria.




Una receta de las de toda la vida pero que hoy día está un poco olvidada, quizá porque se hacía tradicionalmente con gallinas viejas que ahora ya no consumimos; así que es necesario “reinventarla” un poco si la hacemos con pollo.

Necesitamos para dos:
Dos zancas de pollo.
Aceite, harina, una cebolla grande, dos o tres dientes de ajo, caldo de pollo, sal y pimienta negra.

Para el majado:
Una rebanada de pan, mejor de hogaza, un huevo cocido, unas hebras de azafrán, un puñado de almendras.
 

Yo la hice así:
Empezamos salpimentando el pollo y enharinándolo ligeramente.


En la cazuela donde lo vamos a guisar ponemos un poco de aceite y lo freímos para sellarlo.

 
Cuando está, añadimos la cebolla y el ajo; dejamos que se sofrían sin que lleguen a tomar color, que queden transparentes.

Cubrimos con abundante caldo de pollo las tajadas. Dejamos que vaya cociendo despacio.

Vamos haciendo el majado.

Empezamos tostando la rebanada de pan de hogaza. Cocemos un huevo. Tostamos el azafrán. Tostamos en una sartén unas almendras.

Ponemos en el mortero el pan tostado (también se puede freír, si lo prefieres), la yema de huevo cocido, el azafrán y las almendras. Machacamos bien este majado y se lo añadimos al guiso cuando ya casi este hecho.

Dejamos cocer unos minutos y reposar, antes de servir.

Que repose esta salsa es importante incluso de un día para otro, para que se asiente los sabores.

Si veis que está demasiado espeso cuando lo vayáis a usar se añade un poco de caldo de pollo, se cuece un momento y queda perfecta.


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