Necesitamos:
Una nectarina por persona.
1 yogur natural normal o griego o una bola de
helado.
Azúcar moreno.
Un trocito de mantequilla.
Papel de aluminio.
Empezamos: lavamos muy bien la fruta y la partimos en gajos más
o menos del mismo tamaño.
Cortamos un trozo amplio de papel de aluminio,
suficiente para hacer un paquete; untamos el centro con mantequilla y ponemos
los trozos de nectarina; espolvoreamos un poco de azúcar moreno.
Cerramos muy bien el paquete haciendo varios
dobleces de forma que no escape aire por ningún sitio.
Metemos los paquetes en el horno caliente, a 180º,
durante unos 10 minutos. Sí está bien hecho veréis que el paquete se hincha.
Mientras, si usáis yogur normal lo ponéis en un
colador para que suelte todo el suero y quede más espeso; si es griego no hace
falta este paso.
Podéis mezclar el yogur con lo que más os guste:
uvas pasas, trocitos de nuez o de avellana o simplemente dejarlo así.
Pasado el tiempo abrimos el paquete ¡con mucho
cuidado! hemos construido un pequeño horno y saldrá vapor muy caliente.
Emplatamos y adornamos con azúcar moreno.
Con helado también queda muy bien, con ese contraste entre el frío del helado y el
templado de la fruta.
Si no queréis encender el horno podéis poner la
nectarina en una sartén a fuego suave con la mantequilla y el azúcar hasta que
esté blandita.
Un postre muy sencillo y rápido, casi se tarda más
en contarlo que en hacerlo.
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