Uno de los inconvenientes de hacer pan en casa, si te sale bien, es que comes más pan del que comerías industrial. Otro es que no podrás volver a comer pan del súper. Os cuento esto para que penséis si de verdad queréis aprender a hacer pan en casa, él que avisa...
No soy, ni
mucho menos experta en pan pero creo que con esta receta he encontrado “mi
receta” de pan para tostadas o bocadillos.
Bueno, yo os explico cómo lo he hecho y, si a mí me ha salido muy rico es que le puede salir a cualquiera por muy inexperto que sea.
Necesitamos:
500g de harina
de fuerza.
260 ml. de
leche ligeramente templada.
30g de aceite.
1 huevo.
15g de levadura
fresca de panadería.
25g de azúcar
blanco.
10g de sal.
Empezamos
pesando o midiendo los distintos ingredientes.
Separamos una cucharada de leche y ½ cucharilla de azúcar para
pintar el pan.
Ponemos en un
bol amplio la harina con la sal; mezclamos bien.
Aparte
mezclamos los ingredientes líquidos: un huevo batido, la leche, el aceite y la
levadura desmenuzada. Agregamos el azúcar y lo disolvemos bien.
Echamos los
líquidos sobre la harina, y mezclamos bien hasta que no quede harina seca sino
que todo esté bien húmedo y mezclado.
Sacamos la masa
del bol y amasamos durante unos 10 minutos; paramos y dejamos reposar otros 10
minutos; volvemos a amasar unos 5 minutos más. Untamos ligeramente un bol
limpio con aceite y dejamos la masa reposar, dentro del horno apagado, hasta
que suba bien; dependiendo de la temperatura tardará más o menos.
Quitamos el gas
a la masa amasando suavemente y estiramos para formar un rectángulo, más o
menos de la misma medida del largo del molde que vamos a usar para el horno.
Enroscamos la
masa presionando un poco y formamos un cilindro; lo metemos dentro del molde
con el borde hacia abajo.
Dejamos
nuevamente reposar para que vuelva a subir.
Calentamos el
horno a 180º; pintamos el pan con la leche y el azúcar que habíamos reservado y
lo cocemos hasta que este hecho y dorado.
¡Y listo!
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