¿Tiene mi amigo ojos embriagadores
o tiene ojos cual amapolas de rojo rubí?
Poema Sufí.
Antaño
se pensaba que si crecían amapolas en los campos los campesinos tendrían una
abundante cosecha, y lo cierto es que la amapola siempre se ha relacionado con
Deméter, la diosa griega de la fertilidad.
Se
trata de una hierba anual, de hasta sesenta centímetros de altura y con
llamativas flores escarlata que culminan unos tallos largos y vellosos. Las
semillas, de color pizarroso y sabor a nuez, pueden utilizarse para condimentar
platos dulces o salados, o bien prensarse para elaborar aceite.
Herbarium.
Necesitamos:
2
huevos, a temperatura ambiente.
100
g de azúcar.
1
yogur natural.
½
envase de yogur de aceite de girasol.
½
envase de yogur de leche.
240
g de harina.
1
sobre de levadura.
1
pizca de sal.
2
cucharadas de semillas de amapola.
Empezamos
cascando y batiendo los huevos con el azúcar hasta que esté la mezcla bien
espumosa.
Añadimos
el
aceite, el yogur, la leche, la pizca de sal y las semillas de amapola.
Batimos bien.
Mezclamos
la
harina con la levadura, pasamos por el colador y mezclamos bien.
Conseguimos una masa homogénea.
La
ponemos en el molde y lo dejamos reposar en la nevera unos 15
minutos
mientras calentamos el horno.
Cuando
el horno esté a 180º metemos el bizcocho y en unos 45 minutos estará listo
(pinchamos con una brocheta para comprobar que esta cocido).
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