El plato de hoy es un guiso tradicional, con carne,
verduras y ciruelas pasas.
Como segundo plato es perfecto pero con una
ensalada, con un arroz blanco o con un puré de patatas puede ser un plato
único.
Ya sabéis que la carne de conejo tiene muy poca
grasa, por lo que es adecuada para todas las edades y para personas con
problemas de colesterol, sobrepeso…
Las ciruelas pasas, como toda la fruta desecada,
tienen una gran concentración de azúcar por lo que no es conveniente para las
personas con diabetes u otros problemas de salud.
Necesitamos:
Conejo, yo usé patas traseras que ahora venden por
separado en la carnicería.
1 Cebolla grande, 2 ó 3 zanahorias, ½ pimiento verde, ½ pimiento rojo.
4 ó 5 ciruelas pasas, por persona.
½ vaso vino blanco.
Sal, pimienta negra y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos salpimentando las tajadas de conejo y, en una
cazuela con 3 ó 4 cucharadas de aceite, las freímos para dorarlas. Las
sacamos y reservamos.
Picamos la cebolla, las zanahorias y los pimiento verde y rojo en
trozos y después de sacar la carne, lo ponemos en la misma cazuela para que se
vaya pochando.
Cuando está empezando a ablandar volvemos a poner
las tajadas de conejo, subimos el calor y agregamos el vino blanco; dejamos dos
o tres minutos a fuego fuerte; después tapamos, bajamos a calor moderado y cocemos
lentamente. Si es necesario ponemos un poco de agua, aunque con la cebolla y el
vino seguramente tenga salsa suficiente.
Pasado un cuarto de hora, más o menos, echamos las
ciruelas pasas y seguimos cociendo hasta que la carne está bien tierna. Se nota
porque el hueso se separa fácilmente de la carne.
Las ciruelas se hidratarán con la salsa y se
volverán jugosas, suaves, se desharán en la boca.
¡Y listo!
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