Hoy
una receta completa, contundente, de esas que piden siesta: una legumbre más una
carne muy sabrosa, el cordero; todo acompañado de muchas verduras.
Yo
utilicé cuello de cordero, que es una parte que aporta mucho sabor al guiso,
como toda la carne con hueso y además es muy económica; también es una forma de
usar todas las tajadas si compráis el cordero por entero o por medios.
Además
lleva garbanzos que ya sabéis que yo prefiero cocerlos, no usar de bote. Tengo cierta
fijación por usar producto de proximidad, cultivados, si es posible cerca así que
compro legumbre a granel, los garbanzos en concreto de León.
Necesitamos:
Carne
de cordero.
1
puerro.
2
zanahorias.
1
cebolla mediana.
2
dientes de ajo.
½
pimiento rojo.
½
pimiento verde.
½
vaso de vino blanco.
Aceite
de oliva virgen.
Perejil.
Garbanzos,
un puerro y una zanahoria.
Empezamos preparando los garbanzos.
Hay
que poner los garbanzos a remojo la noche anterior; por la mañana escurrirlos y
cocerlos con el puerro, la zanahoria y sal hasta que estén tiernos.
Mientras
vamos preparando el cordero.
Para este guiso, ya sabéis, podemos usar las partes menos nobles del cordero: costillas o
pescuezo.
Ponemos
en una cazuela amplia, para no amontonar las tajadas, aceite y freímos la
carne, sin moverla mucho hasta que esté dorada. La sacamos a un plato y
reservamos.
En
la misma cazuela vamos pochando las verduras con sal; primero
ponemos el ajo y vamos añadiendo el puerro, la cebolla, las zanahorias y
por último los pimientos; dejamos hasta que se ablande todo.
Agregamos
el
vino blanco, dejamos evaporar y ponemos la carne que teníamos
reservada. Añadimos un poco de agua y dejamos cocer despacio hasta que la carne
esté tierna.
Sacamos
la carne y trituramos la salsa.
Mezclamos
los garbanzos cocidos y bien escurridos con la salsa y el cordero y dejamos cocer
despacio unos 30 minutos para que cojan el sabor.
Servimos
y ponemos un poco de perejil picado.
¡Y
listo, a disfrutar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario