Rellenar hortalizas, sean pimientos, calabacines, cebollas, berenjenas…es un buen recurso para hacer comidas variadas; también para aprovechar pequeñas porciones de ingredientes que no son suficientes para elaborar un plato.
Los rellenos pueden ser de lo más variados: de tortilla de patata, de boloñesa, de champiñones, de pescado…
Yo hoy he aprovechado una tajada de bacalao desalado que me había sobrado de otra preparación y que una vez desalado había que consumir pronto.
Necesitamos para dos berenjenas:
2 berenjenas.
1 cebolla mediana.
Salsa de tomate.
1 tajada de bacalao de unos 180 gramos.
Sal, aceite de oliva virgen y pan rallado.
Empezamos asando las berenjenas: las partimos en dos longitudinalmente, hacemos unos cortes superficiales y las asamos en el horno a 180º hasta que estén tiernas; depende del tamaño pero entre 25/30 minutos.
Cuando se puedan manipular sin quemarnos las vaciamos dejando la piel entera.
Después:
En dos cucharadas de aceite, a fuego suave, pochamos la cebolla con una pizca de sal.
Cuando la cebolla empiece a estar transparente añadimos el bacalao desalado y partido menudo.
Cocinamos un par de minutos hasta que el bacalao cambie de color.
Ponemos la carne de las berenjenas asadas y picadas. Dejamos que se sigua cocinando durante dos o tres minutos más dándole vueltas de vez en cuando para que no se pegue.
Por último ponemos la salsa de tomate; mezclamos bien y dejamos una mezcla jugosa.
Ponemos un poquito de pan rallado cubriendo ligeramente cada berenjena. A mí no me gusta poner queso rallado porque es muy protagonista y me parece que no casa bien con el bacalao.
Horneamos a 180º con calor arriba y abajo durante unos 10 minutos. Después gratinamos para que el pan rallado se tueste un poco.
Yo las acompañé con cuscús.
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